Ester 9:20 - Biblia Torres Amat 182520 Cuidó, pues, Mardoqueo de escribir todas esas cosas en una carta o libro, que envió a los judíos que habitaban en todas las provincias del rey, así vecinas como remotas, Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196020 Y escribió Mardoqueo estas cosas, y envió cartas a todos los judíos que estaban en todas las provincias del rey Asuero, cercanos y distantes, Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente20 Mardoqueo registró esos acontecimientos y envió cartas a los judíos que vivían cerca y lejos, en todas las provincias del rey Jerjes, Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)20 Mardoqueo puso todo eso por escrito y despachó cartas a todos los judíos de las diferentes provincias de Asuero, tanto a los que estaban más cerca como a los que estaban más lejos. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion20 Y Mardoqueo escribió estas cosas y envió cartas a todos los judíos que había en todas las provincias del rey Asuero, próximas y lejanas, Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197520 Mardoqueo puso por escrito estos sucesos y envió cartas a cuantos judíos se encontraban en todas las provincias del rey Asuero, tanto lejanas como próximas. Gade chapit la |
Fueron, pues, llamados los secretarios del rey el primer mes, llamado Nisán, el día trece del mismo mes; y escribieron en nombre del rey Asuero, según la orden de Amán, a todos los sátrapas del rey, y a los jueces de las provincias y de las diversas naciones según la variedad de las lenguas, para que cada nación pudiese leer el edicto y entenderlo; y las cartas, selladas, con el anillo del rey,
Con esto, llamados los secretarios y escribientes del rey, corriendo el mes tercero, llamado Sibán, el día veintitrés, fueron escritas las cartas del modo que quiso Mardoqueo, a los judíos, y a los príncipes, y a los gobernadores, y jueces que mandaban en las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta la Etiopía; provincia por provincia, pueblo por pueblo, según sus lenguas y alfabetos, como también a los judíos, para que todo el mundo pudiese leerlas y entenderlas.
Y en memoria de lo que padecieron, y de la feliz mudanza que sobrevino se obligaron los judíos por sí y por sus descendientes, y por todos los que quisieren agregarse a su religión, a no permitir que ninguno pase estos dos días sin solemnizarlos, según aparece de este escrito, y lo pide el tiempo señalado de año en año.