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Ester 3:13 - Biblia Torres Amat 1825

13 fueron despachadas por sus correos reales a todas las provincias, para que matasen y exterminasen a todos los judíos, mozos y viejos, niños y mujeres, en un mismo día, esto es, el trece del mes duodécimo, llamado Adar, y saqueasen sus bienes.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y de apoderarse de sus bienes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Se enviaron comunicados a todas las provincias del imperio mediante mensajeros veloces, con orden de matar, masacrar y aniquilar a todos los judíos —jóvenes y ancianos, incluso las mujeres y los niños— en un solo día. El plan estaba programado para el 7 de marzo del año siguiente. Las pertenencias de los judíos serían entregadas a los que los mataran.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Mensajeros llevaron esas cartas a todas las provincias del reino; en ellas se ordenaba hacer desaparecer, matar, exterminar en un mismo día, el día trece del duodécimo mes (es decir el mes de Adar) a todos los judíos, tanto jóvenes como viejos. Además se les expropiarían todos sus bienes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y los decretos fueron enviados por correos a todas las provincias del rey, ordenando destruir, matar y exterminar a todos los judíos, desde el joven hasta el viejo, niños y mujeres, en un mismo día, el trece del mes duodécimo, o sea el de Adar, y saquear sus bienes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Se enviaron las cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, el trece del mes duodécimo, esto es, el mes de adar; y para entregar sus bienes al pillaje. Éste es el texto de la carta: El gran rey Artajerjes, a los jefes de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía, y a los gobernadores que le están sometidos, les escribe lo siguiente: Puesto al frente de muchas naciones, y siendo dueño del mundo entero, me he propuesto no dejarme llevar por la presunción del poder, sino gobernar siempre con moderación y suavidad, mantener en paz por todos los medios las vidas de mis súbditos, procurar el sosiego del reino y la segura circulación hasta las fronteras y restaurar la paz tan apetecida por todos los hombres. Ahora bien, habiendo consultado con mis consejeros sobre cómo llevar esto a feliz término, el que se ha distinguido entre nosotros por su recto juicio y se ha señalado invariablemente por la lealtad y segura fidelidad, hasta el punto de obtener el segundo puesto en el reino, Amán, nos ha indicado que vive mezclado entre todas las tribus esparcidas por el mundo un pueblo hostil, contrario por sus leyes a toda nación, que quebranta continuamente los mandatos de los reyes, con el fin de que no se logre la acción coordinada de la autoridad que de manera irreprochable venimos ejerciendo. Habiendo, pues, reconocido que este pueblo tan singular se mantiene en abierta y absoluta oposición a todos los hombres, que se diferencia de los demás por la índole extraña de sus leyes, que es hostil a nuestros intereses, que comete los peores crímenes, y esto con el fin de que el reino no logre estabilidad, ordenamos que todos los que han sido señalados en las cartas de Amán, que es el encargado de nuestros negocios y nuestro segundo padre, sean exterminados de raíz, con sus mujeres e hijos, por la espada de sus enemigos, sin piedad ni miramiento alguno, el día catorce del mes duodécimo, el de adar, del presente año, a fin de que esos perversos de antes y de ahora desciendan por muerte violenta al hades en un mismo día, y así aseguremos totalmente para el tiempo futuro la estabilidad y tranquilidad de los negocios.

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Ester 3:13
14 Referans Kwoze  

En efecto, salieron correos por orden del rey y de sus magnates, con cartas circulares para todo Israel y Judá; en las cuales, conforme a lo mandado por el rey, se decía: Hijos de Israel, convertíos al Señor, Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, y él acogerá las reliquias que han escapado del poder del rey de los asirios.


Porque así yo como mi nación estamos condenados a la ruina, al degüello, al exterminio. Ojalá que al menos fuésemos vendidos por esclavos y esclavas; el mal sería tolerable, y me contentaría con gemir en silencio; mas ahora tenemos por enemigo un hombre, cuya crueldad redunda contra el rey.


y dijo: Si es del agrado del rey, y si he hallagrado gracia en sus ojos, y mi súplica no le parece injusta, ruego encarecidamente que con nuevas cartas del rey sean invalidadas las precedentes cartas de Amán, perseguidor y enemigo de los judíos, con las cuales había mandado acabar con ellos en todas las provincias del reino.


En efecto, a los trece días del mes duodécimo, que como hemos dicho arriba, se llamaba Adar, cuando estaba dispuesta la mortandad de todos los judíos, y sus enemigos ardían en sed de su sangre, trocada la suerte, comenzaron los judíos a prevalecer, y a tomar venganza de sus contrarios.


Después de haberles quitado la vida, no quisieron saquear ni tocar nada de sus bienes.


Con esto los judíos hicieron un gran estrago y mortandad en sus enemigos; ejecutando aquello mismo que tenían éstos tramado contra el pueblo judaico.


Mis días han corrido más velozmente que una posta; huyeron sin dejarme ver cosa buena.


Es verdad que él no lo pensará así, y que en su corazón no formará tal concepto; su corazón solamente pondrá la mira en destruir y exterminar no pocas naciones.


Un correo alcanzará a otro correo, un mensajero a otro mensajero, van a contar al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada desde un cabo al otro;


son sus pies ligeros para ir a derramar sangre;


¿De qué servirá, hermanos míos, el que uno diga tener fe, si no tiene obras? ¿Por ventura la fe podrá salvarle?


Ve, pues, ahora y destroza a Amalec, y arrasa cuanto tiene; no le perdones, ni codicies nada de sus bienes, sino mátalo todo, hombres y mujeres, muchachos y niños de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos.


Entonces dijo el rey a Doeg: Embiste tú, y arrójate sobre los sacerdotes. Y embistiendo Doeg, idumeo, se arrojó sobre los sacerdotes, matando en aquel día ochenta y cinco varones que vestían el efod de lino.


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