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Esdras 8:36 - Biblia Torres Amat 1825

36 En fin, presentaron los edictos del rey a los sátrapas de su corte y a los gobernadores de la otra parte del río, los cuales favorecieron al pueblo y a la casa de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

36 Y entregaron los despachos del rey a sus sátrapas y capitanes del otro lado del río, los cuales ayudaron al pueblo y a la casa de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Los decretos del rey fueron entregados a sus funcionarios de más alta posición y a los gobernadores de la provincia situada al occidente del río Éufrates, quienes colaboraron dando su apoyo al pueblo y al templo de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Se despacharon las ordenanzas del rey a los gobernadores y a los jefes de la provincia al otro lado del Eufrates, quienes entregaron su ayuda para el pueblo y para el Templo de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Después entregaron los edictos del rey a los sátrapas° del rey y a los gobernadores de Más Allá del Río, los cuales favorecieron al pueblo y a la Casa de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Se entregaron también a los sátrapas reales y a los gobernadores de Transeufratina los decretos del rey en favor del pueblo y del templo de Dios.

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Esdras 8:36
11 Referans Kwoze  

Tatanai, pues, gobernador de la otra parte del río, y Starbunazai con sus consejeros, ejecutaron exactamente la orden del rey Darío.


Mas yo dije al rey: Si es del agrado del rey, déme cartas para los gtobernadores del país del otro lado del río, para que me concedan paso hasta llegar a Judea;


Fueron, pues, llamados los secretarios del rey el primer mes, llamado Nisán, el día trece del mismo mes; y escribieron en nombre del rey Asuero, según la orden de Amán, a todos los sátrapas del rey, y a los jueces de las provincias y de las diversas naciones según la variedad de las lenguas, para que cada nación pudiese leer el edicto y entenderlo; y las cartas, selladas, con el anillo del rey,


Pues aun los magistrados de las provincias, los gobernadores e intendentes, y todos los constituidos en dignidad, que en cada lugar presidían las obras, daban la mano a los judíos por temor de Mardoqueo,


Si fuere grato al Señor el proceder del hombre, aun a sus enemigos los reducirá a pedir la paz.


Mostrando después el deseo de ir a la provincia de Acaya, habiéndole animado a ello los hermanos, escribieron a los discípulos para que le diesen buena acogida. El cual llegado a aquel país, sirvió de mucho provecho a los que habían creído.


Con esto el dragón se irritó contra la mujer, y se marchó a guerrear contra los demás de la casta o linaje de ella, que guardan los mandamientos de Dios, y mantienen la confesión de Jesucristo.


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