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Esdras 7:6 - Biblia Torres Amat 1825

6 este Esdras, digo, vino de Babilonia, el cual era un escriba o doctor muy diestro en la ley de Moisés, dada por el Señor Dios de Israel; y le otorgó el rey todas sus peticiones, pues le protegía la mano del Señor Dios suyo.

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Biblia Reina Valera 1960

6 este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Este Esdras era un escriba muy instruido en la ley de Moisés, la cual el Señor, Dios de Israel, había dado al pueblo de Israel. Él subió de Babilonia a Jerusalén, y el rey le dio todo lo que pidió, porque la bondadosa mano del Señor su Dios estaba sobre él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Era un escriba muy instruido en la Ley que Yavé Dios de Israel había ordenado por medio de Moisés. Como Yavé su Dios estaba con él, el rey le concedió todo lo que le pedía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Este Esdras subió° de Babilonia, donde era diestro escriba de la Ley de Moisés dada por YHVH Dios de Israel, y el rey le concedió toda su petición, según la mano de YHVH su Dios era sobre él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, había dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le había pedido.

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Esdras 7:6
40 Referans Kwoze  

No ha de ser ya tu nombre Jacob , dijo entonces el ángel, sino Israel, porque si con el mismo Dios te has mostrado fuerte, ¿cuánto más prevalecerás contra todos los hombres?


Mas el ojo de su Dios, o su providencia, miró favorablemente a los ancianos de los judíos, y así no pudieron impedirles la construcción. Convinieron al fin en que se diese parte a Darío, y que satisficiesen entonces a aquella reconvención.


Y celebraron con alegría la solemnidad de los Azimos durante siete días; por haberlos el Señor consolado, y por haber trocado a favor de ellos el corazón del rey de Asiria para que los ayudase, y diese la mano en la construcción de la casa del Señor Dios de Israel.


y por mí. Yo el rey de Artajerjes mando y ordeno a todos los tesoreros del erario público, existentes en la otra parte del río, que cuanto os pidiere Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, se lo deis sin dilación,


y me dio prendas de su misericordia para delante del rey, y de sus consejeros, y de todos los grandes cortesanos del rey. Y confortado yo por la mano del Señor mi Dios, que me asistía, junté a los principales de Israel para que se viniesen conmigo.


hijo de Abisué, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, que fue el primer sacerdote,


Porque el día primero de aquel mes emprendió su viaje desde Babilonia, y el primer día del mes quinto, asistido de la benéfica mano de su Dios, arribó a Jerusalén ;


Estos son, pues, los príncipes de las familias y la genealogía de los que vinieron conmigo de Babilonia en el reinado del rey Artajerjes:


Y por la bondad de nuestro Dios sobre nosotros, nos trajeron un varón doctísimo de los hijos de Moholi, hijo de Leví, hijo de Israel, y a Sarabías con sus hijos y hermanos, en número de dieciocho.


Pues tuve vergüenza de pedir al rey escolta de soldados de a caballo, que nos defendiera de los enemigos en el viaje; porque habíamos dicho al rey: La mano de nuestro Dios asiste a todos aquellos que le buscan con sinceridad; y su imperio, y su poder, y su indignación se hacen sentir de todos los que le abandonan.


Partimos, en fin, de la ribera del río Ahava el día doce del mes primero, camino de Jerusalén ; y la mano de nuestro Dios nos protegió y nos libró de caer en las manos de los enemigos y salteadores, durante el viaje.


Vivían éstos en tiempo de Joacim, hijo de Josué, hijo de Josedec; y, en tiempo de Nehemías gobernador, y de Esdras sacerdote y escriba.


y sus hermanos Semeía, Azareel, Melalai, Galalai, Maai, Natanael, y Judas y Hanani, con los instrumentos músicos de David, varón de Dios; y Esdras escriba, delante de ellos, hasta la puerta de la Fuente.


y me levanté de noche con algunos pocos hombvres, sin declarar a nadie lo que Dios me había inspirado hacer en Jerusalén ; no llevaba conmigo otra caballería, fuera de la que yo montaba.


Al mismo tiempo les hice ver cómo estaba a favor mío la benéfica mano de mi Dios, y les referí las palabras que el rey me había dicho, y concluí: Ea, vamos y emprendamos la obra. Con esto ellos cobraron vigor para ponerla en ejecución.


y también otra carta para Asaf, guarda de los reales bosques, a fin de que me suministre maderas para construir las puertas de la torre del templo, y los muros de la ciudad, y la casa en que habré de habitar. Me lo otorgó el rey, porque estaba a mi favor la benéfica mano de Dios.


Mas habiendo entendido nuestros enemigos que se nos había dado aviso, disipó Dios como el humo los designios que habían formado. Con lo que nos volvimos todos a los muros, cada cual a su tarea.


Era ya llegado el mes séptimo, y los hijos de Israel que estaban cada uno en su ciudad, congregándose todos unánimes, y de común acuerdo, en la plaza que cae enfrente de la puerta de las Aguas, y pidieron a Esdras, escriba o doctor, que trajese el libro de la ley de Moisés, que había dado el Señor a Israel.


Al segundo día se juntaron los príncipes de las familias de todo el pueblo, los sacerdotes y levitas, delante de Esdras escriba, para que les interpretase las palabras de la ley.


El escriba Esdras se puso en pie en una tribuna de madera que había mandado hacer para este fin de hablar al pueblo; y a su lado estaban Matatías, y Semeía, y Anía, y Uría, y Helcía, y Maasía a la derecha; y a la izquierda Fadaía, Misael, Melquías, y Hasum y Hasbadana, Zacarías y Mosollam.


Y Nehemías (que es el mismo Atersata o copero del rey), y Esdras sacerdote y escriba, y los levitas, queinterpretaban la ley a todo el pueblo, dijeron: Este día está consagrado al Señor Dios nuestro; no gimáis, ni lloréis. Porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.


Tú asimismo descendiste al monte Sinaí , y hablaste con ellos desde el cielo; y les diste preceptos de justicia y la ley de la verdad, y ceremonias, y mandamientos buenos.


Y sepan que aquí anda tu mano, y que es cosa, Señor, que tú haces.


El anuncia su palabra a Jacob , sus preceptos y ocultos juicios a Israel.


Hirviendo está el pecho mío en sublimes pensamientos. Al rey consagro yo esta obra. Mi lengua es pluma de amanuense que escribe muy ligero.


Entonces no nos apartaremos de ti; nos darás nueva vida, e invocaremos tu Nombre.


En todas tus empresas tenle presente, y él sea quien dirija todos tus pasos.


Porque yo vine al mundo, y no hubo nadie que me recibiese; llamé y no hubo quien me escuchase. ¿Es por ventura que se ha acortado o achicado mi mano, de suerte que no pueda redimir? ¿O no tengo yo poder para libertaros? Sabed que a una amenaza mía haré del mar un desierto, y secaré los ríos; se pudrirán los peces por falta de agua, y morirán en seco.


Porque mirad que no se ha encogido la mano del Señor, para que ella no pueda salvar; ni se le han entupido sus oídos, para no poder oír vuestros clamores;


¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y somos los depositarios de la ley del Señor? Os engañáis: La pluma de los doctores de la ley verdaderamente es pluma de error, y no ha escrito sino mentiras.


Y él añadió: Por eso todo doctor bien instruido en lo que mira al reino de los cielos es semejante a un padre de familia que va sacando de su repuesto cosas nuevas y cosas antiguas, según conviene.


les dijo: Los escribas, o doctores de la ley, y los fariseos, están sentados en la cátedra de Moisés:


enseñándolas a observar todas las cosas que yo os he mandado. Y estad ciertos que yo mismo estaré siempre con vosotros, hasta la consumación de los siglos.


¿En dónde están los sabios?, ¿en dónde los escribas, o doctores de la ley?, ¿en dónde esos espíritus curiosos de las ciencias de este mundo? ¿No es verdad que Dios ha convencido de fatua la sabiduría de este mundo?


Quiero ahora, hermanos míos, renovaros la memoria de la buena nueva que os he predicado, que vosotros recibisteis, en el cual estáis firmes,


Pero si oyeres la voz del Señor tu Dios, practicando y guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, el Señor Dios tuyo te ensalzará sobre todas las naciones que pueblan la tierra.


Bien sabéis que os he enseñado los preceptos y las leyes judiciales que me ordenó el Señor mi Dios: así, pues, los practicaréis en la tierra que habéis de poseer,


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