A fin de que tú, señor, hagas registrar los libros de las historias de tus predecesores, en cuyos anales hallarás escrito y verás que la ciudad es una ciudad rebelde y enemiga de los reyes y de las otras provincias, y cómo ya de tiempos antiguos se fraguan en ella las rebeliones, por lo cual dicha ciudad fue ya arruinada.
He dado luego mis órdenes para que se registrasen los anales, y se ha hallado que esa ciudad ya de tiempos antiguos se rebela contra los reyes, y levanta sediciones y guerras.
Ahora, pues, si parece bien al rey haga buscar el archivo real, que está en Babilonia, si es verdad que el rey Ciro mandó reedificar la casa de Dios en Jerusalén , y háganos saber sobre esto su real voluntad.
Y celebraron con alegría la solemnidad de los Azimos durante siete días; por haberlos el Señor consolado, y por haber trocado a favor de ellos el corazón del rey de Asiria para que los ayudase, y diese la mano en la construcción de la casa del Señor Dios de Israel.
Ha sido decretado por mí que cualquiera del pueblo de Israel, y de sus sacerdotes y levitas, residentes en mi reino, que quisiere ir a Jerusalén , vaya contigo;
Y le dirás a Joakim, rey de Judá: Esto dice el Señor: Tú has quemado aquel cuaderno, diciendo a Jeremías: ¿Por qué has puesto tú por escrito en él ese vaticinio, amenazando con decir que vendrá con presteza el rey de Babilonia, y asolará esta tierra sin dejar en ella hombre ni bestia?
Tomó, pues, Jeremías otro cuaderno, y se lo dio a Baruc, hijo de Nerías, su secretario; el cual, dictándole Jeremías, escribió en él todas las palabras del libro quemado por Joakim, rey de Judá; y aun fueron añadidas muchas más cosas sobre las que antes había.
Sábete, pues, y nota atentamente: Desde que salga la orden o edicto para que sea reedificada Jerusalén , hasta el Mesías príncipe, pasarán siete semanas, y sesenta y dos semanas; y será nuevamente edificada la plaza, o ciudad, y los muros en tiempos de angustia.