17 Os advierto, pues, y yo os conjuro de parte del Señor, que ya no viváis como todavía viven los otros gentiles que proceden en su conducta según la vanidad de sus pensamientos,
En aquellos días observé en Judá algunos que pisaban uva en los lagares el día sábado, y que en este día traían también haces de leña, y cargaban sobre asnos vino, uvas, higos y toda suerte de cosas, y lo entraban en Jerusalén . Y les mandé expresamente que vendiesen solamente en los días en que era lícito vender.
y diciendo: Hombres, ¿qué es lo que hacéis? También somos nosotros, de la misma manera que vosotros, hombres mortales que venimos a predicaros que, dejadas esas vanas deidades, os convirtáis al Dios vivo, que ha creado el cielo, la tierra, el mar y todo cuanto en ellos se contiene.
Mas cuando Silas y Timoteo hubieron llegado de Macedonia, Pablo se aplicaba aún con más ardor a la predicación, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo .
porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino que ensoberbecidos devanearon en sus discursos, y quedó su insensato corazón lleno de tinieblas;
Digo esto, hermanos míos, porque la carne y sangre, o los hombres carnales, no pueden poseer el reino de Dios, ni la corrupción poseerá esta herencia incorruptible.
Lo que quiero, pues, decir, es que habiendo hecho Dios una alianza con Abrahán en debida forma, la ley dada cuatrocientos treinta años después no ha podido anularla, ni invalidar la promesa.
Nadie os extravíe del recto camino, afectando humildad, enredándoos con un culto supersticioso de los ángeles, metiéndose en hablar de cosas que no ha visto, hinchado vanamente de su prudencia carnal,
prometiéndoles libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción; pues quien de otro es vencido, por lo mismo queda esclavo del que le venció.