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Eclesiastés 9:5 - Biblia Torres Amat 1825

5 pues los vivos saben que han de morir, y pueden disponerse; pero los muertos no saben ya nada ni están en estado de merecer, y su memoria ha quedado sepultada en el olvido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Los que están vivos al menos saben que un día van a morir, pero los muertos no saben nada. Ya no reciben más recompensas, y nadie los recuerda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Los vivos saben que morirán; los muertos, nada saben. No tienen nada que esperar: son sólo un recuerdo olvidado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más recompensa, porque hasta su memoria es puesta en el olvido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Los vivos saben al menos que han de morir, pero los muertos no saben nada; no perciben ya salario alguno, porque su memoria yace en el olvido.

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Eclesiastés 9:5
18 Referans Kwoze  

Todos nos vamos muriendo, y deslizando como el agua derramada por la tierra, la cual nunca vuelve atrás; ni Dios quiere que perezca ningún hombre, antes bien está propenso siempre a revocar la sentencia, a fin de que no perezca enteramente el que está abatido.


Que sus hijos sean esclarecidos, o viles, él no lo sabrá;


Bien sé que me has de entregar en poder de la muerte, la cual es el paradero de todos los vivientes.


Estén siempre los delitos de ellos ante los ojos del Señor, y desaparezca de la tierra su memoria,


Porque muriendo ya no hay quien se acuerde de ti; y en el infierno, ¿quién te tributará alabanzas?


Por eso yo clamo a ti, ¡oh Señor!, y me adelanto a la aurora para presentarte mi oración.


No queda memoria de las cosas pasadas; mas tampoco de las que están por venir habrá memoria de aquellos que vendrán después a lo último.


Porque no ha de ser eterna la memoria del sabio, como no lo es la del necio; y los tiempos venideros sepultarán en el olvido todas las cosas, muriendo así el docto como el ignorante.


Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del festín; pues en aquélla se recuerda el paradero de todos los hombres, y el que vive considera lo que le ha de suceder un día.


Vi también los pomposos entierros de los impíos; los cuales aun mientras vivían impíamente residían en el lugar santo, y eran alabados en la ciudad como de buenas costumbres; mas también es esto vanidad.


Todo cuanto pudieres hacer de bueno, hazlo sin perder tiempo; puesto que ni obra, ni pensamiento, ni sabiduría, ni ciencia ha lugar en el sepulcro, hacia el cual vas corriendo.


No hay hombre que viva siempre, ni que pueda presumirse esto. Con todo, hasta el perro, que vive, vale siempre más que el mismo león ya muerto;


Propicio fuiste, oh Señor, al pueblo de Israel, fuiste propicio a tu pueblo: ¿Por ventura has sido tú glorificado de él por haber dilatado los confines de su tierra?


Tú, no obstante, eres nuestro verdadero padre; porque Abrahán no nos conoció, e Israel no supo nada de nosotros. Sí, tú, ¡oh Señor!, eres nuestro Padre, nuestro Redentor, éste es tu nombre desde la eternidad.


en fin, la última de todos murió la mujer.


así también Cristo ha sido una sola vez inmolado u ofrecido en sacrificio para quitar de raíz los pecados de muchos, y otra vez aparecerá no para expiar los pecados ajenos, sino para dar la salud eterna a los que le esperan con viva fe.


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