Eclesiastés 7:16 - Biblia Torres Amat 1825

¹⁶ No quieras ser demasiado justo, ni saber más de lo que conviene, no sea que vengas a parar en estúpido.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁶ No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte?

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁶ Así que, ¡no seas demasiado bueno ni demasiado sabio! ¿Para qué destruirte a ti mismo?

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁶ No seas justo en exceso, ni te hagas el sabio más de lo necesario: podrías demolerte.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁶ No seas demasiado justo, ni presumas ser muy sabio; ¿para qué matarse?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁶ No seas demasiado justo ni te muestres demasiado sabio. ¿Para qué atormentarte?

Eclesiastés 7:16 Referans Kwoze

Génesis 3:6

Vio, pues, la mujer que el fruto de aquel árbol era bueno para comer, y bello a los ojos y de aspecto deleitable, y cogió del fruto y le comió: dio también de él a su marido, el cual comió.

Job 11:12

El hombre necio se engríe con altanería, y se cree nacido para no tener freno, como el pollino del asno montés.

Job 28:28

Y dijo al hombre: Mira, la verdadera sabiduría consiste en temer al Señor y honrarle, y la inteligencia en apartarse de lo malo.

Proverbios 23:4

No te afanes por enriquecerte, antes bien pon coto a tu industria.

Proverbios 25:16

¿Hallaste miel?; come lo que te baste, y no más; no sea que ahíto de ella tengas que vomitarla.

Eclesiastés 12:12

Tú, hijo mío, no tienes que buscar cosa mejor que las dichas verdades. Los libros se van multiplicando sin término y la continua meditación del ánimo es tormento del cuerpo.

Mateo 23:29

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,

Mateo 23:38

He aquí que vuestra casa va a quedar desierta.

Mateo 23:5

Todas sus obras las hacen con el fin de ser vistos de los hombres; por lo mismo llevan las palabras de la ley en cintas más anchas, y más largas las franjas u orlas de su vestido.

Mateo 9:14

Entonces se presentaron a Jesús los discípulos de Juan, y le dijeron: ¿Por qué, ayunando frecuentemente nosotros y los fariseos, tus discípulos no ayunan?

Lucas 18:12

Ayuno dos veces a la semana; pago los diezmos de todo lo que poseo.

Romanos 10:2

Yo les confieso y me consta que tienen celo de las cosas de Dios, pero no es un celo según la ciencia.

Romanos 11:25

Por tanto, no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio (a fin de que no tengáis sentimientos presuntuosos de vosotros mismos) y es, que una parte de Israel ha caído en la obcecación, hasta tanto que la plenitud de las naciones haya entrado en la Iglesia,

Romanos 12:3

Por lo que os exhorto a todos vosotros, en virtud del ministerio que por gracia se me ha dado, a que en vuestro saber o pensar, no os levantéis más alto de lo que debéis, sino que os contengáis dentro de los límites de la moderación, según la medida de fe que Dios ha repartido a cada cual.

1 Corintios 3:18

Nadie se engañe a sí mismo, si alguno de vosotros se tiene por sabio según el mundo, hágase necio a los ojos de los mundanos, a fin de ser sabio a los de Dios.

1 Corintios 3:20

Y en otra parte: El Señor penetra las ideas de los astutos, y conoce la vanidad de ellas.

Filipenses 3:6

celoso por el judaísmo, hasta perseguir la iglesia de Dios; y en cuanto a la justicia que consiste en la ley, ha sido mi proceder irreprensible.

Colosenses 2:18

Nadie os extravíe del recto camino, afectando humildad, enredándoos con un culto supersticioso de los ángeles, metiéndose en hablar de cosas que no ha visto, hinchado vanamente de su prudencia carnal,

Colosenses 2:23

Pero en ellas hay verdaderamente una especie de sabiduría cristiana en su observancia libre y acompañada de humildad, y en castigar al cuerpo y no contemplar nuestra carne.

1 Timoteo 4:3

Porque toda criatura de Dios es buena, y nada se debe desechar de lo que se toma, o come con acción de gracias;

Apocalipsis 18:19

Y arrojaron polvo sobre sus cabezas, y prorrumpieron en alaridos llorando, y lamentando, decían: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, en la cual se enriquecieron con su comercio todos los que tenían naves en la mar! ¡Cómo fue asolada en un momento!