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Eclesiastés 6:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Supongamos que tenga un centenar de hijos, y viva muchos años hasta la más avanzada edad; pero que su alma no se sirva de los bienes que posee, y aun venga a carecer de sepultura; de este tal digo yo que es de peor condición que un aborto.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Un hombre podría tener cien hijos y llegar a vivir muchos años. Pero si no encuentra satisfacción en la vida y ni siquiera recibe un entierro digno, sería mejor para él haber nacido muerto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Supongamos que un hombre tuviera un centenar de hijos y viviera largos años, pero durante todo ese tiempo no encontrara la felicidad y no tuviera después sepultura -en ese caso digo que un recién nacido fallecido es más feliz que él-.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Aunque un hombre engendre cien hijos° y viva muchos años, y sean numerosos los días de su vida, si su alma no se sació de felicidad,° digo: mejor que él es un aborto,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Otro tiene cien hijos y vive largos años, pero por muchos que sean los días de su vida, si no disfruta de sus bienes ni tiene siquiera tumba propia, yo diría que un aborto es más dichoso que él.

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Eclesiastés 6:3
23 Referans Kwoze  

Levantando en seguida los ojos, vio a las mujeres y a sus niños, y preguntó: ¿Quiénes son éstos?; ¿son por ventura tuyos? Respondió Jacob : Son los niños que ha dado Dios a tu siervo.


Respondió: Los días de mi peregrinación son ciento treinta años pocos y trabajosos, y no han llegado a los días de la peregrinación de mis padres.


Quedaban de Acab setenta hijos en Samaria. En consecuencia escribió Jehú una carta y la envió a Samaria a los magnates de la ciudad, y a los ancianos, y a los preceptores de los hijos de Acab. Decía en ella:


Y habiendo ido para darle sepultura, no hallaron sino la calavera y los pies, y las extremidades de las manos.


Asimismo entre mis hijos (puesto que me ha dado el Señor muchos) ha elegido a mi hijo Salomón para que ocupase el trono del reino del Señor sobre Israel;


Amó Roboam a Maaca, hija o nieta de Absalón, más que a todas sus mujeres principales, y de segundo orden; siendo así que tuvo dieciocho esposas, y sesenta mujeres secundarias y de ellas veintiocho hijos y sesenta hi-jas.


Les hizo presente cuán grande eran sus riquezas, la multitud de sus hijos y el alto grado de gloria a que el rey le había elevado sobre los demás grandes y cortesanos suyos.


Fue, pues, Amán colgado en el patíbulo que tenía preparado para Mardoqueo, y con eso se apaciguó la ira del rey.


¿Por qué no morí yo en las entrañas de mi madre; o salido a luz no perecí luego?


o bien como un aborto, que luego lo esconden y apartan de la vista, yo no subsistiera, o como los que después de concebidos no llegaron a ver la luz.


Como la cera que se derrite, así serán deshechos; cayó fuego sobre ellos, y no vieron más el sol.


Coronas son de los viejos los hijos de los hijos; y gloria de los hijos son las virtudes de sus padres.


y juzgué más feliz que unos y otros al hombre que todavía está por nacer, ni ha visto los males que se hacen debajo del sol.


Puesto que éste en vano vino al mundo, y luego va a las tinieblas del sepulcro, y quedará su nombre sepultado en el olvido,


Sepultado será como lo es el asno, esto es, será arrojado fuera de las puertas de Jerusalén para que allí se pudra.


Por tanto, esto dice el Señor contra Joakim, rey de Judá: No se verá ningún descendiente suyo que se siente en el solio de David, y su cadáver será arrojado y expuesto al calor del día y al hielo de la noche.


Y los dejarán expuestos al sol, y a la luna, y a toda la milicia o estrellas del cielo; que son las cosas que ellos han amado, y a las cuales han servido, y tras de las cuales han ido, y a las que han consultado, y han adorado como a dioses. Los huesos de los cadáveres no habrá quien los recoja ni entierre; quedarán como el estiércol sobre la superficie de la tierra.


En cuanto al Hijo del hombre, él se marcha, conforme está escrito de él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado; mejor le fuera si no hubiese jamás nacido!


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