Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Eclesiastés 6:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 un hombre a quien Dios ha dado riquezas, y haciendas, y honores, sin que le falte cosa de cuantas desea su alma; mas Dios no le da facultad para disfrutar de ellas; sino que abandonándolo a la avaricia, otro hombre extraño lo ha de devorar todo; vanidad es ésta y miseria muy grande.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Dios les da a algunos mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear, pero luego no les da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren, y algún otro —incluso un extraño— termina disfrutando de toda esa abundancia. Eso no tiene sentido, es una tragedia terrible.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Alguien recibió de Dios fortuna, riqueza y honores: nada faltó de todo lo que pudo desear. Pero Dios no le concede disfrutar de ello, y es otro el que lo aprovecha. Esta es otra cosa muy mala y que no se puede justificar.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 El del hombre a quien Ha-’Elohim le ha dado riquezas, tesoros y honores, de modo que nada le falta de todo lo que su alma pueda desear, pero a quien Ha-’Elohim no le permite disfrutarlo, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad y un mal doloroso.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 A un individuo Dios le concede riqueza, fortuna y gloria: nada le falta de cuanto pudiera desear. Pero Dios no le permite disfrutar de todo ello, sino que lo disfruta un extraño. Esto es vanidad y triste desventura.

Gade chapit la Kopi




Eclesiastés 6:2
24 Referans Kwoze  

Pero aun esto que no has pedido, te lo daré, es a saber, riquezas y gloria; de manera que no haya habido en todos los tiempos pasados ningún rey que te iguale.


Y el Señor ensalzó a Salomón sobre todo Israel; y lo colmó de tanta gloria en el reino, cual no la tuvo antes de él ningún rey de Israel.


Murió al fin en dichosa vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y le sucedió en el trono su hijo Salomón .


Dijo entonces Dios a Salomón : Ya que esto es lo que ha agradado más a tu corazón, y no has pedido riquezas, ni hacienda, ni gloria, ni la muerte de aquellos que te odian, ni tampoco una larga vida; sino que has pedido sabiduría y ciencia para poder gobernar a mi pueblo, del cual yo te he hecho rey;


a los enemigos de tu diestra. Sepáralos, Señor, de los buenos, aun mientras viven, de aquellos que son en corto número sobre la tierra, en la que han saciado su apetito de tus exquisitos bienes. Se llenan de hijos según su deseo; y dejan después a sus nietos el resto de sus caudales.


En verdad que como una sombra pasa el hombre; y por eso se afana y agita en vano. Atesora, y no sabe para quién allega todo aquello.


Resaltan sobre su grasa sus maldades; se abandonaron a los deseos de su corazón.


Pasé también a contemplar todas las obras o destinos de los hombres; y advertí que sus habilidades están expuestas a la envidia del prójimo, y que así aun en esto hay vanidad y cuidados inútiles.


Un hombre solo que no tiene heredero, ni hijo ni hermano; y sin embargo no cesa de afanarse, ni se hartan de bienes sus ojos; ni le ocurre el preguntarse a sí mismo: ¿Yo para quién trabajo? ¿Y por qué me privo del uso de estos bienes? Vanidad es ésta también y aflicción grandísima del ánimo.


Hay todavía otra dolorosísima miseria que he visto debajo del sol: las riquezas atesoradas para ruina de su dueño;


Verdaderamente que es ésta una desdicha bien lamentable; como vino al mundo, así se volverá; ¿qué le aprovecha haberse afanado en balde?


Por tanto yo tengo por una cosa bien hecha el que el hombre coma y beba sobriamente, y disfrute con alegría del fruto de las fatigas que ha de soportar en este mundo durante los días de vida que Dios le conceda; y ésta es la suerte que le pertenece.


Y cuando concede Dios a un hombre conveniencias y hacienda, dándole al mismo tiempo facultad para gozar de ellas, y disfrutar de la parte que le ha tocado, y alegrarse con el fruto de su trabajo, es esto un don de Dios.


¿Por qué expendéis vuestro dinero en cosas que no son buen alimento, y empleáis vuestras fatigas en lo que no puede saciaros? Escuchadme con atención; y alimentaos del buen manjar, y vuestra alma se recreará en lo más sustancioso de las viandas.


Nuestra heredad ha pasado a manos de extranjeros, en poder de extraños se hallan nuestras casas.


El Dios Altísimo, ¡oh rey!, dio a tu padre Nabucodonosor el reino y la magnificencia, la gloria y los honores;


Devorarán sus riquezas los extranjeros, y él no ha caído aún en la cuenta; así se ha visto luego cubierto con canas, y no por eso entra en conocimiento.


Los frutos de tu tierra y de todas tus fatigas se los comerá un pueblo desconocido para ti; y estarás sufriendo continuamente calumnias y abrumado todos los días


El extranjero que vive contigo en la tierra te sobrepujará y se alzará sobre ti; y tú caerás y estarás debajo de él.


Entraremos en un pueblo que vive en una total confianza, en un país espaciosísimo y el Señor nos entregará un territorio donde ninguna cosa falta de cuantas produce la tierra.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite