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Eclesiastés 5:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 No hables nada inconsideradamente, ni sea ligero tu corazón en proferir palabras indiscretas delante de Dios, porque Dios es el Señor que está en los cielos, y tú un vil gusano sobre la tierra. Sean, pues, pocas y muy medidas tus palabras.

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Biblia Reina Valera 1960

2 No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Si estás muy preocupado, te pones a soñar; si prometes demasiado, dirás lo que no conviene.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 No te des prisa con tu boca, ni se apresure tu corazón a proferir palabra ante Ha-’Elohim, porque Ha-’Elohim está en los cielos y tú en la tierra, por tanto, sean pocas tus palabras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 De los muchos afanes nacen los sueños, y de las muchas palabras las necedades.

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Eclesiastés 5:2
21 Referans Kwoze  

E instando Abrahán, dijo: Ya que una vez he comenzado, hablaré a mi Señor, aunque sea yo polvo y ceniza.


Te suplico, Señor, le dijo, que no te enojes si prosigo hablando: ¿Y qué, si se hallaren allí treinta? Respondió: No lo haré, si hallare allí los treinta.


Te ruego, Señor, prosiguió, no te irrites, si aún hablare esta sola vez: ¿Y si se hallaren allí diez? A lo que respondió: No la destruiré por amor de los diez.


Hizo además este voto, diciendo: Si el Señor estuviere conmigo, y me amparare en el viaje que llevo, y me diere pan que comer, y vestido con que cubrirme,


y esta piedra, que dejo erigida en monumento, llamarse ha Casa de Dios: y de todo lo que me dieres, te ofreceré, ¡oh Señor!, el diezmo.


Nuestro Dios está en los cielos, él ha hecho todo cuanto quiso.


En el mucho hablar no faltará pecado; mas quien sus labios refrena, es hombre muy prudente.


Es la ruina del hombre devorar los santos, o hurtar los bienes de los santos, y después ofrecer éstos para votos a Dios.


Las palabras de la boca del sabio salen llenas de gracia; los labios del insensato lo precipitarán.


Sus primeras palabras son una necedad, y un error pernicioso el remate de su habla.


A los muchos cuidados se siguen sueños molestos, y en el mucho hablar no faltarán sandeces.


Donde los sueños son muchos, son muchísimas las vanidades, y sin fin las palabras; pero tú teme a Dios.


sino que cuanto se eleva el cielo sobre la tierra, así se elevan mis caminos sobre los caminos vuestros, y mis pensamientos sobre los pensamientos vuestros.


La persona que jurare y pronunciare con sus labios que ha de hacer algún mal o algún bien, confirmando esto con juramento y con sus palabras, y trascordada de ello, después reconociere su culpa,


En la oración no afectéis hablar mucho, como hacen los gentiles, que se imaginan haber de ser oídos a fuerza de palabras.


Ved, pues, cómo habéis de orar: padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;


y le añadió con juramento: Sí, te daré todo lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.


Así como si metemos un freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, movemos su cuerpo a dondequiera.


hizo un voto al Señor diciendo: Si entregares en mis manos a los hijos de Amón,


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