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Eclesiastés 1:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 Vanidad de vanidades, dijo el Eclesiastés; vanidad de vanidades, y todo lo de acá abajo no es más que vanidad.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 «Nada tiene sentido —dice el Maestro—, ¡ningún sentido en absoluto!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Esto no tiene sentido!, decía Qohelet, ¡esto no tiene sentido, nada a qué aferrarse!

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Vanidad de vanidades, dice Cohélet. Vanidad de vanidades,° todo es vanidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 ¡Vanidad de vanidades!, dice Qohélet. ¡Vanidad de vanidades. Todo es vanidad!

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Eclesiastés 1:2
23 Referans Kwoze  

El hombre necio se engríe con altanería, y se cree nacido para no tener freno, como el pollino del asno montés.


El hombre por el pecado ha venido a ser nada; sus días pasan como la sombra.


Acuérdate cuán débil es mi ser. ¿Acaso tú has creado en vano todos los hijos de los hombres?


Por tanto arranca de tu corazón la ira, y aparta todo vicio de tu carne, puesto que la juventud y las delicias no son sino vanidad.


Pero, aunque viva un hombre muchos años, y en todos ellos contento, debe no obstante acordarse del tiempo de las tinieblas, y de la cantidad de días de la eternidad; llegados los cuales, quedarán convencidas de vanidad las cosas pasadas.


Vanidad de vanidades, dijo el Eclesiastés, y todo es vanidad.


Mas volviendo la vista hacia todas las obras de mis manos, y considerando los trabajos en que tan inútilmente me había afanado, vi que todo era vanidad y aflicción de espíritu, y que nada hay estable en este mundo.


Por lo que dije en mi corazón: Si yo he de morir lo mismo que el necio, ¿de qué me sirve haberme aplicado con mayor desvelo a la sabiduría? Y discurriendo para conmigo, inferí que aun esto por sí solo era vanidad.


Por tanto he cobrado tedio a mi propia vida, viendo que debajo del sol no hay más que males, y que todo es vanidad y aflicción de espíritu.


que ignoro si será prudente o tonto, el cual poseerá el fruto de mis trabajos, que tantos sudores y cuidados me costaron. ¿Y puede haber cosa más vana que ésta?


visto que después de haber uno trabajado con sabiduría y doctrina, y desveládose, viene a dejar lo adquirido a un holgazán; cosa que ciertamente es una vanidad y mucha desdicha.


Llenos están de dolor y de amargura todos sus días; ni aún por la noche goza de reposo su alma. ¿Y no es esto una suma de vanidad o miseria?


Dios, al hombre que le es grato, le da sabiduría, y ciencia, y contentamiento; mas al pecador le envía aflicción e inútiles cuidados de acumular y almacenar bienes para dejarlos a quien Dios quiera; lo que no menos es vanidad e inútil tormento de ánimo.


Amontoné plata y oro, y los tesoros de los reyes y de las provincias que sujetó mi padre. Escogí para mi palacio cantores o músicos, y cantoras, y cuanto sirve de deleite a los hijos de los hombres; vasos y jarros preciosos para servir el vino en mi mesa.


Porque muere el hombre a semejanza de las bestias, y en tener que morir son ambos de igual condición; pues como el hombre muere, así mueren ellas; todos respiran de la misma manera; y el hombre, después del pecado, no tiene ninguna exención sobre las bestias; todo está sujeto a la vanidad del sepulcro,


Infinito es el número de la gente que lo precedió, y llenó de aplausos; mas los que vendrán después, ya no estarán contentos con él. Conque también esto es vanidad y aflicción de espíritu.


Pasé también a contemplar todas las obras o destinos de los hombres; y advertí que sus habilidades están expuestas a la envidia del prójimo, y que así aun en esto hay vanidad y cuidados inútiles.


Un hombre solo que no tiene heredero, ni hijo ni hermano; y sin embargo no cesa de afanarse, ni se hartan de bienes sus ojos; ni le ocurre el preguntarse a sí mismo: ¿Yo para quién trabajo? ¿Y por qué me privo del uso de estos bienes? Vanidad es ésta también y aflicción grandísima del ánimo.


El avariento jamás se saciará de dinero, y quien ama ciegamente las riquezas ningún fruto sacará de ellas. Luego también es esto vanidad.


Mucho se habla y discurre en las disputas, y en todas ellas se ve mucha vanidad.


Porque se ven sujetas a la vanidad, o mudanza, no de grado, sino por causa de aquel que les puso tal sujeción, con la esperanza


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