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Eclesiastés 1:13 - Biblia Torres Amat 1825

13 y propuse en mi corazón inquirir e investigar curiosamente acerca de todas las cosas que suceden debajo del sol. Esta ocupación penosísima ha dado Dios a los hijos de los hombres, para que trabajen en ella.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Me dediqué a buscar el entendimiento y a investigar con sabiduría todo lo que se hacía debajo del cielo. Pronto descubrí que Dios le había dado una existencia trágica al género humano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 y me dediqué a investigar y comprender todo lo que se hace bajo el sol. Pero es una tarea ingrata que Dios ha dado a los hombres: todo es para humillarlos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 entonces apliqué mi corazón a inquirir e investigar, con sabiduría, todo lo que se hace debajo de los cielos, tarea penosa que ’Elohim° ha impuesto a los hijos del hombre para que sean afligidos con ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 me propuse inquirir y averiguar con sabiduría cuanto se hace bajo el cielo. ¡Dura tarea que Dios impuso a los hombres!

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Eclesiastés 1:13
22 Referans Kwoze  

Mediante el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a confundirte con la tierra de que fuiste formado; puesto que polvo eres, y a ser polvo tornarás.


El llega a determinar lo que han de durar las tinieblas, e indaga el fin de todas las cosas, y también la piedra metida en la oscuridad y sombras de su muerte.


Grandes son las obras del Señor; exquisitas para todos sus fines.


El que anda buscando pretextos para separarse del amigo, será cubierto de oprobio en todo tiempo.


El corazón del varón prudente adquiere la ciencia; busca en la instrucción los oídos de los sabios.


Dame, ¡oh hijo mío!, tu corazón, y fija tus ojos en mis santos caminos;


Gloria es de Dios cubrir con un velo su divina palabra; y gloria es de los reyes el investigar el sentido de ella.


El principio de la sabiduría es trabajar por adquirirla. Y así, a costa de cuanto posees, procura adquirir la prudencia;


aplicado he igualmente mi corazón al conocimiento de la prudencia, y de la doctrina, y de los errores y desaciertos. Mas he visto que aun esto mismo era todo trabajo y aflicción de espíritu.


Así como ignoras por dónde viene el espíritu al cuerpo, y la manera con que se compaginan los huesos en el vientre de la que está encinta, así tampoco puedes conocer la obra de Dios, hacedor de todas las cosas.


Tú, hijo mío, no tienes que buscar cosa mejor que las dichas verdades. Los libros se van multiplicando sin término y la continua meditación del ánimo es tormento del cuerpo.


Llenos están de dolor y de amargura todos sus días; ni aún por la noche goza de reposo su alma. ¿Y no es esto una suma de vanidad o miseria?


Dios, al hombre que le es grato, le da sabiduría, y ciencia, y contentamiento; mas al pecador le envía aflicción e inútiles cuidados de acumular y almacenar bienes para dejarlos a quien Dios quiera; lo que no menos es vanidad e inútil tormento de ánimo.


He visto la pena que ha dado Dios a los hijos de los hombres para su tormento.


Todas las cosas que hizo Dios son buenas, usadas a su tiempo; y el Señor entregó al mundo a las vanas disputas de los hombres; de suerte que ninguno de ellos puede entender perfectamente las obras que Dios creó desde el principio hasta el fin.


Pasé también a contemplar todas las obras o destinos de los hombres; y advertí que sus habilidades están expuestas a la envidia del prójimo, y que así aun en esto hay vanidad y cuidados inútiles.


Un hombre solo que no tiene heredero, ni hijo ni hermano; y sin embargo no cesa de afanarse, ni se hartan de bienes sus ojos; ni le ocurre el preguntarse a sí mismo: ¿Yo para quién trabajo? ¿Y por qué me privo del uso de estos bienes? Vanidad es ésta también y aflicción grandísima del ánimo.


Recorrió mi espíritu todas las cosas para saber y considerar, y buscar la sabiduría y la razón, para conocer asimismo la malicia de los insensatos y el error de los imprudentes;


Todas estas cosas consideré, y apliqué mi espíritu a la meditación de cuanto se hace deba-jo del sol. Y observé que un hombre domina sobre otro hombre a veces para su propia desdicha.


Vela sobre ti mismo, y atiende a la enseñanza de la doctrina, insiste y sé diligente en estas cosas; porque haciendo esto, te salvarás a ti y también a los que te oyeren.


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