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Daniel 9:25 - Biblia Torres Amat 1825

25 Sábete, pues, y nota atentamente: Desde que salga la orden o edicto para que sea reedificada Jerusalén , hasta el Mesías príncipe, pasarán siete semanas, y sesenta y dos semanas; y será nuevamente edificada la plaza, o ciudad, y los muros en tiempos de angustia.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 ¡Ahora escucha y entiende! Pasarán siete conjuntos de siete más sesenta y dos conjuntos de siete desde el momento en que se dé la orden de reconstruir Jerusalén hasta que venga un gobernante, el Ungido. Jerusalén será reconstruida con calles y fuertes defensas, a pesar de los tiempos peligrosos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Entiende bien esto: Desde que se haya dado la orden de reconstruir Jerusalén hasta un jefe consagrado, son siete semanas; luego pasarán sesenta y dos semanas para reconstruir plazas y muros. Luego llegará el fin de los tiempos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y reedificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas. Se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Advierte, pues, y entiende: desde que se dio la orden de reconstruir Jerusalén hasta el príncipe ungido habrá siete semanas, y en sesenta y dos semanas; plazas y fosos serán reconstruidos, aunque serán tiempos de angustia.

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Daniel 9:25
32 Referans Kwoze  

Dijo entonces el rey a Sadoc: Vuelve a llevar a la ciudad el arca de Dios, que si yo hallare gracia en los ojos del Señor, él me volverá aquí, y me dejará ver otra vez su arca y su Tabernáculo.


Se interrumpió entonces la construcción de la casa del Señor en Jerusalén , y no volvió a emprenderse hasta el año segundo del reino de Darío, rey de los persas.


Después de estos sucesos, reinando Artajerjes, rey de Persia, Esdras, hijo de Saraías, hijo de Azarías, hijo de Helcías,


y llegaron a Jerusalén el mes quinto del mismo año séptimo de aquel rey.


Entonces Eliasib, sumo sacerdote, y los sacerdotes sus hermanos pusieron manos a la obra, y reedificaron la puerta del Ganado; consagrándola con especiales bendiciones, y asentaron sus puertas, y la consagraron hasta la torre de cien codos, y hasta la torre de Hananeel.


y dijo en presencia de sus hermanos y de un gran concurso de samaritanos: ¿Qué pretenden hacer esos miserables judíos? ¿Por ventura se lo permitirán estas naciones vecinas?¿Piensan poder ofrecer sacrificios, concluyendo toda la obra en un día? ¿Podrán acaso restaurar las piedras de los montones reducidos a cenizas?.


y todos de mancomún se coligaron para venir a pelear con Jerusalén , y armarnos asechanzas.


Al fin se acabaron las murallas el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.


Pues mis enemigos prorrumpen en dicterios contra mí, y se han juntado en consejo los que estaban asechando mi vida,


Tiempo de dar muerte y tiempo de dar vida; tiempo de derribar y tiempo de edificar.


He aquí que yo voy a presentarle por testigo de mi verdad a los pueblos, y por caudillo, y por maestro o legislador a las naciones.


Su imperio será amplificado, y la paz no tendrá fin; se sentará sobre el solio de David; y poseerá su reino para afianzarlo y consolidarlo haciendo reinar la equidad y la justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos es el que hará estas cosas.


Y se engrandeció hasta el príncipe de la fortaleza, o de los fuertes, y le quitó el sacrificio perenne, y abatió el lugar de su santificación.


según le pareciere, y tendrán éxito los dolos o maquinaciones que urdiere, y con esto se hinchará su corazón, y sobrándole todas las cosas, hará perecer a muchísimos, y se alzará contra el Príncipe de los príncipes; pero será aniquilado, no por obra de hombre.


La orden se me dio desde luego que te pusiste a orar, y yo vengo para mostrártela; porque tú eres un varón de ardientes deseos. Atiende, pues, tú ahora a mis palabras, y entiende la visión.


Tú ahora serás destruida, ¡oh ciudad de ladrones! Los enemigos nos sitiarán; herirán con vara la mejilla del juez o rey de Israel.


Y tú ¡oh Betlehem llamada Efrata!, tú eres una ciudad pequeña respecto de las principales de Judá; pero de ti me vendrá el que ha de ser dominador de Israel, el cual fue engendrado desde el principio , desde los días de la eternidad.


Al contrario, el sembrado en buena tierra es el que oye la palabra de Dios y la medita, y produce fruto, parte ciento por uno, parte sesenta, y parte treinta.


Según esto, cuando veáis que está establecida en el lugar santo la abominación desoladora que predijo el profeta Daniel (quien lea esto, nótelo bien),


Cuando viereis la abominación de la desolación, establecida donde menos debiera (el que lea esto, haga reflexión), entonces los que moran en Judea, huyan a los montes;


El primero a quien éste halló fue Simón, su hermano, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que quiere decir el Cristo ).


Le dijo la mujer: Sé que está para venir el Mesías (esto es, el Cristo ); cuando venga, pues, él nos lo declarará todo.


Disteis la muerte al autor de la vida, pero Dios le ha resucitado de entre los muertos, y nosotros somos testigos de su resurrección .


A éste ensalzó Dios con su diestra por príncipe y salvador , para dar a Israel el arrepentimiento y la remisión de los pecados:


Acercándose, pues, Felipe, a toda prisa, oyó que iba leyendo en el profeta Isaías, y les dijo: ¿Te parece a ti que entiendes lo que vas leyendo?


sino como prudentes, recobrando en cierto modo el tiempo perdido, porque los días de nuestra vida son malos.


y nos ha hecho reino y sacerdotes de Dios, Padre suyo. Al mismo la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.


Y tiene escrito en su vestidura y en el muslo: Rey de los reyes y Señor de los señores.


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