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Daniel 9:12 - Biblia Torres Amat 1825

12 Y él ha cumplido la sentencia que pronunció sobre nosotros y sobre nuestros príncipes que nos gobernaron, enviando contra nosotros una gran calamidad, cual jamás la hubo debajo del cielo, y cual ha acontecido en Jerusalén .

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Tú cumpliste tu palabra e hiciste con nosotros y nuestros gobernantes tal como habías advertido. Nunca hubo una calamidad tan grande como la que ocurrió en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Yavé cumplió las palabras que había pronunciado contra nosotros y contra los jefes que nos gobernaban. Hizo que cayera sobre nosotros una terrible desgracia; nunca se había visto bajo el cielo lo que pasó en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y Él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros príncipes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal, porque nunca fue hecho debajo de los cielos nada semejante a lo que se hizo contra Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Cumplió las palabras que había pronunciado contra nosotros y contra los jueces que nos juzgaron, y envió sobre nosotros una calamidad tan grande como no ha habido otra igual bajo el cielo, como fue la que se verificó en Jerusalén.

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Daniel 9:12
31 Referans Kwoze  

Da, pues, a tu siervo un corazón dócil para que sepa hacer justicia, y discernir entre lo bueno y lo malo; porque si no, ¿quién será capaz de gobernar este pueblo, este pueblo tuyo tan numeroso?


Esto dice el Señor: He aquí que yo descargaré sobre este lugar y sobre sus habitantes las calamidades que el rey de Judá ha leído en este libro de la ley;


Conduce los hombres de consejo a un resultado necio, y vuelve tontos sus jueces.


reyes de la tierra y pueblos todos; príncipes y jueces todos de la tierra;


Ahora pues, ¡oh reyes!, entendedlo: Sed instruidos vosotros los que juzgáis o gobernáis la tierra.


Por mí los príncipes mandan, y los jueces administran la justicia.


Ahora bien, escucha, ¡oh Jacob , siervo mío!, y tú, ¡oh Israel!, a quien escogí.


Yo el que digo al abismo: Sécate; yo dejaré áridos tus ríos.


¡Ay! que aquel día es grande y terrible, ni hay otro que se le parezca; tiempo de tribulación para Jacob , de la cual será al fin librado.


Entraron, en efecto, en ella, y la han poseído; mas no obedecieron tu voz, ni siguieron tu santa ley; nada hicieron de cuanto les mandaste, y por eso les han sobrevenido todos estos desastres.


Anda, y di a Abdemelec etíope: Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Mira, yo voy a ejecutar todo lo que he anunciado para daño o castigo, no para bien de esa ciudad, y tú verás en aquel día el cumplimiento de esto.


Porque sacrificasteis a los ídolos y pecasteis contra el Señor; porque no quisisteis escuchar la voz del Señor, ni observar su ley, ni sus mandamientos e instrucciones, por eso os han sobrevenido estas desgracias que se ven hoy día.


¡Oh vosotros cuantos pasáis por este camino!, atended y considerad si hay dolor como el dolor mío; porque el Señor, según él lo predijo, me ha vendimiado, o despojado de todo, el día de su furibunda ira.


¿Con quién te compararé, o a qué cosa te asemejaré, oh hija de Jerusalén ? ¿A quién te igualaré, a fin de consolarte, oh virgen hija de Sión? Porque grande es como el mar tu tribulación. ¿Quién podrá remediarte?


El Señor ha hecho lo que tenía resuelto, cumplió lo que había anunciado desde los tiempos antiguos: Te ha destruido sin remisión y te ha hecho un objeto de gozo para tus enemigos, y ha ensalzado la pujanza de los que te odiaban.


Y ha sido mayor el castigo de las maldades de la hija de mi pueblo, que el pecado de Sodoma; la cual fue destruida en un momento, sin que tuviese parte mano de hombre.


Vanas son las visiones que ellos tienen, y embustes sus adivinaciones, cuando dicen: El Señor ha dicho; siendo así que no son enviados del Señor, y persisten en asegurar aquello que han anunciado.


Y haré contra ti, a causa de todas tus abominaciones, aquello que nunca he hecho, y tales cosas, que jamás las haré semejantes.


Y en aquel tiempo se levantará Miguel, príncipe grande, que es el defensor de los hijos de tu pueblo; porque vendrá un tiempo tal, cual nunca se ha visto desde que comenzaron a existir las naciones hasta aquel día. Y en aquel tiempo tu pueblo será salvado; lo será todo aquel que se hallare escrito en el libro.


Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublados y de torbellinos. Un pueblo numeroso y fuerte se derrama por todos los montes de la Judea, como se extiende la luz por la mañana, no lo ha habido semejante desde el principio , ni lo habrá en muchas generaciones.


De entre todos los linajes de la tierra, sois vosotros los únicos a quienes he reconocido, por lo mismo os he de castigar más por todas vuestras maldades.


Pues las palabras mías y los decretos míos, comunicados a mis siervos los profetas, ¿por ventura no alcanzaron a vuestros padres? Ellos se convirtieron y dijeron: El Señor de los ejércitos ha hecho con nosotros aquello mismo que pensó hacer en vista de nuestras obras y de nuestros procederes.


Tuve, pues, de noche esta visión: Vi a un hombre montado sobre un caballo rojo, que estaba parado entre unos mirtos que había en una hondonada; y detrás de él había caballos rojos, manchados y blancos.


Y endurecieron su corazón como un diamante; para no hacer caso de la ley, ni de las palabras que les había dirigido el Señor por medio de su espíritu, puesto en boca de los anteriores profetas. De donde provino la gran indignación del Señor de los ejércitos.


Porque será tan terrible la tribulación entonces, como no la hubo semejante desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás.


Que con toda verdad os digo que antes faltarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse perfectamente cuanto contiene la ley, hasta una sola letra o ápice de ella.


Porque serán tales las tribulaciones de aquellos días cuales no se han visto desde que Dios creó al mundo, hasta el presente, ni se verán.


Porque días de venganza son éstos, en que se han de cumplir todas las cosas como están escritas.


Digo, pues, que Jesucristo fue ministro, o predicador de la buena nueva, para con los de la circuncisión, a fin de que fuese reconocida la veracidad de Dios, en el cumplimiento de las promesas que él había hecho a los padres.


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