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Daniel 9:11 - Biblia Torres Amat 1825

11 Todo Israel se hizo prevaricador de tu ley, y se desvió para no oír la voz tuya; y así llovió sobre nosotros la maldición y el anatema que está escrito en el libro de Moisés, siervo de Dios, pues pecamos contra el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Todo Israel ha desobedecido tus instrucciones, te ha dado la espalda y ha rehusado escuchar tu voz. »Entonces ahora, a causa de nuestro pecado, se han derramado sobre nosotros las maldiciones solemnes y los juicios escritos en la ley de Moisés, siervo de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Todo Israel desobedeció a tu Ley y se apartó de tu palabra; por eso cayeron sobre nosotros la maldición y las amenazas que están escritas en la Ley de Moisés, servidor de Dios, porque habíamos pecado contra ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Todo Israel ha traspasado tu Ley, apartándose para no obedecer tu voz, por eso nos han caído las maldiciones consignadas con juramento en la Ley de Moisés, siervo de Ha-’Elohim, porque contra Dios hemos pecado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Todo Israel transgredió la ley y se desvió, sin querer escuchar tu voz. Por eso cayeron sobre nosotros las maldiciones y las imprecaciones escritas en la ley de Moisés siervo de Dios, porque pecamos contra Él.

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Daniel 9:11
30 Referans Kwoze  

porque no quisieron obedecer a la voz del Señor Dios suyo, sino que violaron el pacto, y no escucharon ni practicaron nada de cuanto les tenía mandado Moisés, siervo del Señor.


Esto dice el Señor: He aquí que yo descargaré sobre este lugar y sobre sus habitantes las calamidades que el rey de Judá ha leído en este libro de la ley;


¡Ay de la nación pecadora, del pueblo lleno de iniquidades, de la raza malvada, de los hijos desgarrados! Han abandonado al Señor, han blasfemado del Santo de Israel, le han vuelto las espaldas.


Ahora bien, escucha, ¡oh Jacob , siervo mío!, y tú, ¡oh Israel!, a quien escogí.


Tú les responderás: Porque vuestros padres me abandonaron, dice el Señor, y se fueron en pos de los dioses extraños, y les sirvieron y los adoraron, y me abandonaron a mí, y no guardaron mi ley.


¿Para qué queréis entrar conmigo en juicio, a fin de excusaros? Todos vosotros me habéis abandonado, dice el Señor.


Se han olvidado de ti todos tus amadores, y no se curarán ya de ti para ser amigos tuyos, en vista de que te he hecho una llaga como de mano hostil y con un terrible azote; porque estás endurecida en tus pecados a causa de tu gran iniquidad.


Entraron, en efecto, en ella, y la han poseído; mas no obedecieron tu voz, ni siguieron tu santa ley; nada hicieron de cuanto les mandaste, y por eso les han sobrevenido todos estos desastres.


y el Señor las ha puesto en ejecución, y ha cumplido lo que había dicho; porque vosotros pecasteis contra el Señor, y no escuchasteis su voz; por lo cual os ha sucedido eso.


Ya el Señor no podía soportaros más, por causa de vuestras perversas inclinaciones, y por las abominaciones que cometisteis; y así ha sido asolado vuestro país, y hecho un objeto de espanto y de maldición, y sin habitante alguno como se halla en hoy.


Porque sacrificasteis a los ídolos y pecasteis contra el Señor; porque no quisisteis escuchar la voz del Señor, ni observar su ley, ni sus mandamientos e instrucciones, por eso os han sobrevenido estas desgracias que se ven hoy día.


Oye, ¡oh tierra!, mira, yo acarrearé sobre ese pueblo desastres, fruto de sus depravados designios; puesto que no escucharon mis palabras, y desecharon mi ley.


a Egipto, a Judá, a la Idumea, y a los hijos de Amón, y a los de Moab, y a todos aquellos que llevan cortado el cabello, habitantes del desierto, que si todas las naciones son incircuncisas según la carne, los hijos de Israel son incircuncisos en el corazón.


Todo este mal vino sobre nosotros, conforme está escrito en la ley de Moisés, y no recurrimos a ti, ¡oh Señor Dios nuestro!, para convertirnos de nuestras maldades y meditar la verdad de tus promesas.


Nosotros hemos pecado, hemos cometido la maldad, hemos vivido impíamente, y hemos apostatado, y nos hemos desviado de tus mandamientos y juicios.


Pues las palabras mías y los decretos míos, comunicados a mis siervos los profetas, ¿por ventura no alcanzaron a vuestros padres? Ellos se convirtieron y dijeron: El Señor de los ejércitos ha hecho con nosotros aquello mismo que pensó hacer en vista de nuestras obras y de nuestros procederes.


Y endurecieron su corazón como un diamante; para no hacer caso de la ley, ni de las palabras que les había dirigido el Señor por medio de su espíritu, puesto en boca de los anteriores profetas. De donde provino la gran indignación del Señor de los ejércitos.


Y sucederá que así como vosotros los de la casa de Judá y los de la casa de Israel erais un objeto o fórmula de execración entre las naciones, así yo os salvaré, y seréis objeto de bendición. No temáis; cobrad aliento.


Como las naciones que deshizo el Señor a tu entrada, del mismo modo pereceréis vosotros si fuereis desobedientes a la voz del Señor Dios vuestro.


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