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Daniel 2:11 - Biblia Torres Amat 1825

11 porque es cosa muy difícil, ¡oh rey!, la que pides, y no se hallará nadie que pueda ilustrar al rey sobre ella, fuera de los dioses, los cuales no tienen trato con los hombres.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Es imposible cumplir con lo que el rey exige. Nadie, excepto los dioses, puede contar al rey su sueño, pero los dioses no habitan entre los hombres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 El rey pide demasiado; sólo los dioses pueden satisfacer esa exigencia del rey, pero ellos no se encuentran en el mundo de los mortales'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque el asunto que el rey demanda es cosa ardua, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses, cuya morada no está con la carne.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Lo que el rey pide es tan difícil que nadie se lo puede descubrir al rey, salvo los dioses, cuya morada no está entre los hombres'.

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Daniel 2:11
25 Referans Kwoze  

Dijo, pues, a José: Ya que Dios te ha manifestado todas las cosas que acabas de decir, ¿podré yo acaso encontrar otro más sabio o igual a ti?


siendo ya de día, despavorido, mandó llamar a todos los adivinos de Egipto, y a los sabios todos; y estando juntos, les contó el sueño, y no había quien le interpretase.


Mas en efecto: ¿es creíble que verdaderamente Dios ha de habitar sobre la tierra? Porque si ni los cielos, oh Señor, ni los altísimos cielos pueden abarcarte, ¿cuánto menos esta casa que yo he construido?


Pero, ¿y es realmente creíble que Dios habite con los hombres sobre la tierra? Si los cielos de los cielos no pueden abarcarte, ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?


Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré porque éste es el sitio que me he escogido.


Ascendiste, Señor, a lo alto, llevaste contigo a los cautivos; recibiste dones para los hombres; aun para aquellos que no creían que habitase el Señor Dios entre nosotros.


Y habitaré en medio de los hijos de Israel, y seré su Dios.


Y dijeron los hechiceros al faraón: Es el dedo de Dios el que aquí obra. Pero se endureció el corazón del faraón y no escuchó a Moisés ni a Aarón, como el Señor había dispuesto o predicho.


Quédate con tus encantadores y con tus muchas hechicerías en que te has ejercitado tanto, desde tu juventud, por si acaso puede esto ayudarte algo, o puedes tú hacerte más fuerte.


Pues esto dice el excelso y el sublime Dios que mora en la eternidad, y cuyo nombre es Santo: El que habita en las alturas y en el santuario, y en el corazón contrito y humillado, para vivificar el espíritu de los humildes y dar vida al corazón de los contritos.


Que si os dijeren: Consultad a los pitones y a los adivinos, los cuales rechinan en sus encantamientos, responded: Pues, ¿no ha de acudir el pueblo a su Dios? ¿A los muertos ha de recurrir para saber de los que viven?


Yo, Nabucodonosor, vivía tranquilo en mi casa y lleno de felicidad en mi palacio.


Hay en tu reino un varón el cual tiene dentro de sí el espíritu de los santos dioses, y en tiempo de tu padre se manifestaron en él la ciencia y la sabiduría, por cuya causa el mismo rey Nabucodonosor tu padre lo constituyó jefe de los magos, de los encantadores, caldeos y agoreros; tu padre, digo, ¡oh rey!


Y vengaré la sangre de aquellos justos, de la cual no había yo tomado venganza; y el Señor habitará en Sión con ellos eternamente.


Y de esta manera será purificada vuestra tierra, en la cual tengo yo mi morada; pues yo soy el Señor que habito entre los hijos de Israel.


Pero Jesús , mirándolos blandamente, les dijo: Para los hombres es esto imposible, que para Dios todas las cosas posibles.


Y el Verbo se hizo carne; y habitó en medio de nosotros; y nosotros hemos visto su gloria, gloria que el Unigénito debía recibir del Padre, lleno de gracia y de verdad.


a saber, el Espíritu de verdad, a quien el mundo, o el hombre mundano, no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conoceréis, porque morará con vosotros, y estará dentro de vosotros.


Jesús le respondió así: Cualquiera que me ama, observará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos mansión dentro de él.


¿O qué consonancia entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.


Y oí una voz grande que venía del trono, y decía: Ved aquí el Tabernáculo de Dios entre los hombres, y el Señor morará con ellos. Y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios habitando en medio de ellos será su Dios.


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