Cantares 4:16 - Biblia Torres Amat 1825

¹⁶ Dormía yo, y estaba mi corazón velando; y he aquí la voz de mi amado que llama y dice: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, mi inmaculada y purísima: Porque está llena de rocío mi cabeza, y de neblina de la noche mis cabellos.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁶ Levántate, Aquilón, y ven, Austro; Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁶ ¡Despierta, viento del norte! ¡Levántate, viento del sur! Soplen en mi jardín y esparzan su fragancia por todas partes. Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores frutos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁶ Soplen, vientos del norte y del desierto, soplen en mi huerto para que se expandan sus aromas, y así entre mi amado en su huerto y coma de sus exquisitos frutos.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁶ ¡Despierta, oh Aquilón! ¡Ven, oh Austro, y sopla sobre mi huerto para que se esparzan sus aromas! Ella ¡Venga mi amado a su huerto Y coma sus preciados frutos!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁶ Levántate, aquilón; avanza, austro, soplad en mi jardín, que corran sus perfumes.

Cantares 4:16 Referans Kwoze

Eclesiastés 1:6

dirige su curso hacia el mediodía, y declina después hacia el norte; corre el viento soplando por toda la tierra, y vuelve a comenzar después sus giros.

Eclesiastés 2:5

Formé huertos y vergeles, y puse en ellos toda especie de árboles.

Cantares 1:13

Racimo de cipro es mi amado para mí, cogido en las viñas en Engaddi.

Cantares 1:4

Negra soy, o morena, hija de Jerusalén , pero soy bien parecida; soy como las tiendas de Cedar, como los pabellones de Salomón .

Cantares 2:3

Me introduje en la pieza en que tiene el vino más exquisito, y ordenó en mí el amor.

Cantares 2:8

Al ligero gamo y al cervatillo se parece mi amado. Vedlo ya cómo se pone detrás de la pared nuestra, cómo mira por las ventanas, cómo está atisbando por las celosías.

Cantares 5:1

Y le respondí: ¡Válgame Dios, esposo mío!, si ya me despojé de mi túnica, ¿me la he de volver a poner? Lavé mis pies, ¿y me los he de volver a ensuciar?

Cantares 6:2

Hermosa eres, querida mía, y llena de dulzura; bella como Jerusalén , terrible y majestuosa como un ejército en orden de batalla.

Cantares 8:12

Oh tú, la que moras en las huertas, los amigos están escuchando; hazme oír, pues, tu sonora voz.

Isaías 64:1

¡Oh, si rasgarás los cielos, y descendieras! A tu presencia se derretirían como cera los montes.

Ezequiel 37:9

Y me dijo el Señor: Profetiza al espíritu, profetiza, oh hijo de hombre, y dirás al espíritu: Esto dice el Señor Dios: Ven tú, ¡oh espíritu!, de las cuatro partes del mundo, y sopla sobre estos muertos, y resuciten.

Mateo 26:10

Lo cual oyendo Jesús , les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer, y reprobáis lo que hace, siendo buena, como es, la obra que ha hecho conmigo?

Mateo 26:12

Y derramando ella sobre mi cuerpo este bálsamo lo ha hecho para disponer de antemano mi sepultura.

Juan 3:8

Pues el espíritu, o el aire, sopla donde quiere; y tú oyes su sonido, mas no sabes de dónde sale, o a dónde va; eso mismo sucede al que nace del espíritu.

Juan 5:8

le dijo Jesús : Levántate, coge tu camilla, y anda.

Hechos 4:31

Acabada esta oración, tembló el lugar en que estaban congregados; y todos se sintieron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban con firmeza la palabra de Dios.

Romanos 15:16

de ser ministro de Jesucristo entre las naciones; para ejercer el sacerdocio de la buena nueva de Dios, a fin de que la oblación de los gentiles le sea grata, estando santificada por el Espíritu Santo.

Romanos 15:28

Cumplido, pues, este encargo, y habiéndoles entregado este fruto de la caridad, dirigiré por ahí mi camino a España.

1 Pedro 2:5

Por lo que dice la Escritura: Mirad que yo voy a poner en Sión la principal piedra del ángulo, piedra selecta y preciosa; y cualquiera que por la fe se apoyare sobre ella, no quedará confundido.

2 Pedro 3:18

Lo que fue desde el principio o desde la eternidad, lo que oímos, lo que vimos con nuestros ojos, y contemplamos, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de la vida,