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Cantares 2:14 - Biblia Torres Amat 1825

14 Vosotros, ¡oh amigos!, cazadnos esas zorrillas, que están asolando las viñas; porque nuestra viña está ya en cierne.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Mi paloma se esconde detrás de las rocas, detrás de un peñasco en el precipicio. Déjame ver tu cara; déjame oír tu voz. Pues tu voz es agradable, y tu cara es hermosa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Paloma mía, que te escondes en las grietas de las rocas, en apartados riscos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y amoroso tu semblante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¡Oh paloma mía! Tú, que anidas° en las hendiduras de la peña, En las grietas de la escarpa: ¡Muéstrate! ¡Hazme oír tu voz! Porque dulce es tu voz, Y agraciado tu rostro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Paloma mía que anidas en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, hazme sentir tu voz; que tu voz es suave, tu figura, graciosa.

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Cantares 2:14
41 Referans Kwoze  

Y aun cuando prestare oídos a mis súplicas, no acabaré de creer que haya hecho méritos de mis voces.


Contigo está el principado el día de tu poderío, en medio de los resplandores de la santidad; de mis entrañas te engendré, antes de existir el lucero de la mañana.


Tú habitas en la santa morada, tú, ¡oh gloria de Israel!


Y el rey se enamorará más de tu beldad; porque él es el Señor Dios tuyo, a quien todos han de adorar.


Las hijas de Tiro vendrán con dones, y te presentarán humildes súplicas todos los poderosos del pueblo.


El que me ofrece sacrificio de alabanza, ése es el que me honra; y ése es el camino por el cual manifestaré al hombre la salvación de Dios.


Cuando durmiereis en medio de peligros, seréis como alas de paloma plateadas cuyas plumas por la espalda echan brillos de oro.


No entregues en poder de esas fieras las almas que te confiesan y adoran, y no olvides para siempre las almas de tus pobres.


Yo soy, le añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob . Se cubrió Moisés el rostro, porque no se atrevía a mirar hacia Dios.


Detesta el Señor las víctimas de los impíos; lo aplacan los votos de los justos.


Tú sí, amado mío, que eres el hermoso y el agraciado. De flores es nuestro lecho,


No reparéis, pues, en que soy morena; porque me ha robado el sol mi color, cuando los hijos de mi madre se declararon contra mí, y me pusieron a guarda de viñas. ¡Ay!, mi propia viña no la guardé.


A mis hermosos y arrogantes caballos uncidos en las carrozas que me ha dado el faraón, te tengo yo comparada, amiga mía.


Entonces mi amado metió su mano por la ventanilla de la puerta probando si la abriría, y a este ruido que hizo se conmovió mi corazón.


¡Ah!, corre aprisa, amor mío, y aseméjate a la corza y al cervatillo; huye a los montes de los aromas, si quieres oír mi voz.


Cesad, pues, de irritar al hombre, que tiene el espíritu en las narices; porque él es el que ha sido considerado excelso o todopoderoso.


Del mismo modo, pues, consolará el Señor a Sión, y reparará todas sus ruinas, y convertirá sus desiertos en lugares de delicias, y su soledad en un jardín amenísimo. Allí será el gozo y la alegría, la acción de gracias, y las voces de alabanza a la gloria del Señor.


Y voló hacía mí uno de los serafines, y en su mano tenía una brasa ardiente, que con las tenazas había tomado de encima del altar.


¿Quiénes son esos que vuelan como nubes, y como las palomas a sus nidos?


Desamparad las ciudades, ¡oh habitantes de Moab!, idos a vivir entre las breñas, e imitad a la paloma que hace su nido en la hendidura más alta de la peña.


La arrogancia tuya y la soberbia de tu corazón te engañaron, tú que habitas en las cavernas de las peñas, y te esfuerzas a levantarte hasta la cima del monte; aunque hicieses tu nido más alto que el águila, de allí te arrojaré, dice el Señor.


Se salvarán de ella aquellos que huyeren; y se irán a los montes como las palomas de los valles, todos temblando de miedo, cada uno por causa de su maldad.


Tuya es, ¡oh Señor!, de tu parte está la justicia; para nosotros la confusión de nuestro rostro; como está hoy sucediendo a todo hombre de Judá, y a todo habitante de Jerusalén , a todo Israel, así a aquellos que están cerca como a los que están lejos, en todos los países a donde los arrojaste por causa de las maldades con que te ofendieron.


La soberbia de tu corazón te ha engreído, porque habitas en peñascos escarpados y sitios elevados; y dices en tu corazón: ¿Quién será el que me derribe en tierra?


Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, habéis de ser prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.


Bautizado, pues, Jesús , al instante que salió del agua se le abrieron los cielos, y vio bajar al Espíritu de Dios a manera de paloma y posar sobre él.


a fin de hacerla comparecer delante de él llena de gloria, sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino siendo santa e inmaculada.


ahora, en fin, os ha reconciliado en el cuerpo mortal de su carne por medio de la muerte que ha padecido, a fin de presentaros santos sin mancilla, e irreprensibles delante de él en la gloria,


mantengamos firme la esperanza que hemos confesado (que fiel es quien hizo la promesa),


Porque todo sumo sacerdote entresacado de los hombres, es puesto para beneficio de los hombres, en lo que mira al culto de Dios, a fin de que ofrezca dones y sacrificios por los pecados,


Porque así también se ataviaban antiguamente aquellas santas mujeres, que esperaban en Dios, viviendo sujetas a sus maridos.


al solo Dios, salvador nuestro, por Jesucristo nuestro Señor, sea dada la gloria y magnificencia, imperio y potestad antes de todos los siglos, y ahora, por todos los siglos de los siglos. Amén.


Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres, Señor, de recibir el libro y de abrir sus sellos; porque tú has sido entregado a la muerte, y con tu sangre nos has rescatado para Dios de todas las tribus, y lenguas, y pueblos y naciones,


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