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Apocalipsis 8:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 El segundo ángel tocó también la trompeta; y al momento se vio caer en el mar como un gran monte, todo de fuego, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre;

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Biblia Reina Valera 1960

7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 El primer ángel tocó su trompeta, y granizo y fuego mezclados con sangre fueron lanzados sobre la tierra. Se incendió la tercera parte de la tierra, y se quemó la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Tocó el primero, y se produjo granizo y fuego mezclado con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra: se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles ardió y toda la hierba verde se abrasó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 El primero tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego° mezclados con sangre, y fueron lanzados a la tierra; y la tercera parte de la tierra fue quemada, y la tercera parte de los árboles fue quemada, y toda hierba verde fue quemada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Tocó el primero. Hubo granizada y fuego mezclado con sangre, que fueron arrojados sobre la tierra y quedó abrasada la tercera parte de la tierra; abrasada la tercera parte de los árboles, abrasada toda la hierba verde.

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Apocalipsis 8:7
29 Referans Kwoze  

En lugar de agua les hacía llover en su tierra granizo y rayos de fuego abrasador.


Despedido Moisés del faraón, así que salió de la ciudad alzó las manos hacia el Señor, y cesaron los truenos y el pedrisco; ni cayó más gota de agua sobre la tierra.


La corona de soberbia de los embriagados de Efraín, será hollada con los pies.


Y todas las gentes que han combatido contra Ariel, y todos los soldados que le han sitiado, y prevalecido contra ella vendrán a ser como un sueño y visión nocturna.


Porque a la voz del Señor quedará temblando el asirio, herido con la vara de la divina venganza,


Bienaventurados vosotros los que sembráis en tierras que todas abundan en aguas, y metéis en ellas al buey y al asno para cultivarlas.


Y lo castigaré con la peste, y con la espada, y con furiosos aguaceros y terribles piedras; fuego y azufre lloveré sobre él, y sobre su ejército, y sobre los muchos pueblos que van con él.


Y haré aparecer prodigios en el cielo y sobre la tierra, sangre, y fuego, y torbellinos de humo.


Bienaventurado, pues, aquel hombre que sufre con paciencia la tentación, o tribulación; porque después que fuere así probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.


Y mientras iban huyendo de los hijos de Israel, estando en la bajada de Bet-Horón, el Señor llovió del cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca: y fueron muchos más los que murieron de las piedras del granizo, que los que pasaron a cuchillo los hijos de Israel.


pero la palabra del Señor dura eternamente; y ésta es la palabra de la buena nueva que se os ha predicado.


En esto parió un hijo varón, el cual había de regir todas las naciones con cetro de hierro; y este hijo fue arrebatado para Dios y para su solio.


Partió, pues, el primero, y derramó su taza sobre la tierra, y se formó una úlcera cruel y maligna en los hombres, que tenían la señal o divisa de la bestia, y en los que adoraron su imagen.


Y cayó del cielo sobre los hombres granizo, del tamaño como de un talento; y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo, plaga que fue en extremo grande.


Y cuando hubo abierto el quinto sello, vi debajo o al pie del altar las almas de los que fueron muertos por la palabra de Dios y por ratificar su testimonio.


Luego vi subir del oriente a otro ángel, que tenía la marca o sello de Dios vivo, el cual gritó con voz sonora a los cuatro ángeles, encargados de hacer daño a la tierra y al mar,


Y el número de las tropas de a caballo era de doscientos millones. Porque yo oí el número de ellas.


Porque la fuerza de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas son semejantes a serpientes, y tienen cabezas, y con éstas hieren.


Y se les encargó, no que los matasen, sino que los atormentasen por cinco meses; y el tormento que causan, es como el que causa el escorpión, cuando hiere a un hombre.


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