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2 Samuel 9:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 Y David: No tienes que temer, le dijo, pues yo pienso colmarte de mercedes por amor de Jonatás, tu padre, y restituirte todas las heredades de tu abuelo Saúl; y tú comerás siempre a mi mesa.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 —¡No tengas miedo! —le dijo David—, mi intención es mostrarte mi bondad por lo que le prometí a tu padre, Jonatán. Te daré todas las propiedades que pertenecían a tu abuelo Saúl, y comerás aquí conmigo, a la mesa del rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Entonces David le dijo: 'No temas, quiero tratarte con bondad debido a tu padre Jonatán. Te devolveré todas las tierras de Saúl tu abuelo, y todos los días comerás a mi mesa'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces David le dijo: No temas, porque ciertamente haré contigo misericordia por amor a Jonatán tu padre, y te devolveré toda la tierra de Saúl tu padre,° y comerás siempre a mi mesa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 'No temas, le dijo David, porque quiero tratarte con benevolencia por amor a Jonatán, tu padre. Voy a restituirte todas las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa'.

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2 Samuel 9:7
32 Referans Kwoze  

Ellos con eso atemorizados, se decían uno al otro: Por el dinero que nos hallamos la otra vez en nuestros costales, nos meten aquí, con el fin de hacer caer más sobre nosotros la calumnia, y sujetarnos a la esclavitud, y apoderarse de nuestros jumentos.


A lo que respondió el mayordomo: Estad tranquilos; no tenéis que temer; vuestro Dios, y el Dios de vuestro padre, os ha puesto esos tesoros en vuestros sacos; pues el dinero que me disteis, lo tengo ya abonado, y me doy por satisfecho. Dicho esto, les presentó libre a Simeón.


Te di la casa de tu señor, y puse a tu arbitrio sus mujeres; te hice dueño también de la casa de Israel y de Judá; y si esto es poco, te añadiré aun cosas mucho mayores.


Porque la casa de mi padre no ha recibido del rey mi señor, sino la muerte; y con todo me colocaste a mí, siervo tuyo, entre los que comen en tu mesa; ¿de qué, pues, puedo yo quejarme justamente?, o ¿cómo podré todavía reclamar nada del rey?


Mas el rey le dijo: ¿Para qué te cansas en hablar más? Ya te tengo dicho que tú y Siba os repartáis las posesiones.


Le dijo, pues, el rey: Vente conmigo para que descanses y vivas felizmente en mi compañía en Jerusalén .


Bien que perdonó el rey a Mifiboset, hijo de Jonatás y nieto de Saúl, en atención a la sagrada alianza que se habían jurado mutuamente David y Jonatás hijo de Saúl.


Dijo también David: ¿Si habrá quedado alguno de la casa de Saúl, a quien pueda yo hacer bien por amor de Jonatás?


Por tanto cuida tú con tus hijos y criados de labrarle las tierras, y de proveer a Micá, el hijo de tu amo Mifiboset, lo necesario para sus alimentos. En cuanto a Mifiboset, hijo de tu difunto señor, comerá siempre a mi mesa. Es de saber que Siba tenía quince hijos y veinte siervos.


Y dijo Siba al rey: Como tú se lo has mandado, así lo hará, mi señor y rey, este tu siervo. En cuanto a Mifiboset, repitió David, comerá a mi mesa como uno de los hijos del rey.


Mas éste vivía en Jerusalén , porque todos los días comía a la mesa del rey. Era Mifiboset cojo de ambos pies.


Le preguntó el rey: ¿Vive por ventura alguno de la casa de Saúl, para que pueda yo hacerle grandes mercedes? Le respondió Siba: Sí, señor; vive todavía un hijo de Jonatás, estropeado de los pies.


Al contrario a los hijos de Berzellai, galaadita, les mostrarás tu reconocimiento, y les harás comer a tu mesa, pues salieron a recibirme y socorrerme cuando iba yo huyendo de Absalón, tu hermano.


y le hizo mudar los vestidos que había usado en su prisión, y comía siempre a su mesa todo el tiempo que vivió.


Lo que más es, un hombre con quien vivía yo en dulce paz, de quien yo me fiaba, y que comía de mi pan, ha urdido una gran traición contra mí.


Y le hizo quitar los vestidos que llevaba en la cárcel, y lo admitió a comer en su mesa todo el tiempo que vivió;


Esto es lo que manda el Señor de los ejércitos: Juzgad según la verdad y la justicia, y haced cada uno de vosotros repetidas obras de misericordia para con vuestros hermanos.


Danos hoy el pan nuestro de cada día;


para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


Al que venciere, le haré sentar conmigo en mi trono; así como yo fui vencedor, y me senté con mi Padre en su trono.


Así, pues, temed al Señor y servidle de veras y de todo vuestro corazón, ya que habéis visto las maravillas que ha obrado entre vosotros.


tendrás siempre compasión y tratarás con bondad a mi familia, cuando el Señor desarraigare uno por uno de la faz de la tierra a todos los enemigos de David. De otra manera, arrebate también el Señor a Jonatás de su casa, y tome Dios venganza de los enemigos de David.


Le respondió David a Abiatar: Bien conocí yo aquel día que estando allí Doeg, idumeo, se lo contaría a Saúl; yo soy el culpado en la muerte de toda la casa de tu padre.


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