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2 Reyes 7:8 - Biblia Torres Amat 1825

8 Luego, pues, que aquellos leprosos hubieron llegado a la entrada del campamento, entraron en una tienda, y comieron y bebieron, y sacaron de ella plata y oro, y vestidos, y fueron a esconderlo. Volvieron después, y entraron en otra tienda, y escondieron también lo que de allí pillaron.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuando los hombres con lepra llegaron al límite del campamento, fueron de carpa en carpa, comieron y bebieron vino, sacaron plata, oro y ropa, y escondieron todo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Al llegar pues los leprosos a la entrada del campamento, penetraron en una tienda, y comieron y bebieron. Luego tomaron oro, plata y ropas que fueron a esconder. Después volvieron y entraron en otra tienda donde desvalijaron todo lo que había y fueron de nuevo a esconderlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Cuando estos leprosos llegaron a la parte exterior del campamento, entraron en una tienda, y comieron y bebieron, y sacaron de allí plata, y oro, y vestidos, y se fueron y lo escondieron; luego regresaron y entraron en otra tienda, y también se llevaron cosas de allí, y se fueron y las escondieron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Llegaron, pues, aquellos leprosos hasta el extremo del campamento y entraron en una tienda; comieron y bebieron y se llevaron consigo plata, oro y vestidos. Después fueron a esconderlo. Volvieron a otra tienda y se llevaron de allí lo que había y fueron a esconderlo.

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2 Reyes 7:8
7 Referans Kwoze  

Llegado que hubo, ya al anochecer, los tomó de sus dos manos, y los guardó en su casa, y despachó los hombres, los cuales se marcharon.


Pero se dijeron unos a otros: No obramos bien, pues este día es día de albricias; si nosotros callamos, y no damos aviso hasta la mañana, se nos hará de esto un crimen. Ea, pues, vamos, y llevemos la nueva al palacio del rey.


Y no dirá el vecino: Soy yo débil para llevarlo; y el pueblo que morará allí recibirá el perdón de sus pecados.


Mas entre los dichos se hallaron diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo repuestos o silos de trigo y de cebada, de aceite y de miel. Se contuvo con esto, y no les quitó la vida como a los otros compañeros suyos.


Es también semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en el campo, que si lo halla un hombre lo encubre de nuevo, y gozoso del hallazgo va y vende todo cuanto tiene y compra aquel campo.


Mas el que recibió uno, fue e hizo un hoyo en la tierra, y escondió el dinero de su señor.


Vi entre los despojos una capa de grana muy buena, y doscientos siclos de plata, y una barra de oro de cincuenta siclos; y llevado de codicia, lo tomé y escondí debajo de tierra en medio de mi tienda, y enterré el dinero en un hoyo.


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