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2 Reyes 21:14 - Biblia Torres Amat 1825

14 Abandonaré los restos de mi heredad, entregándolos en manos de sus enemigos, y serán saqueados y hechos presa de todos sus adversarios

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Biblia Reina Valera 1960

14 Y desampararé el resto de mi heredad, y lo entregaré en manos de sus enemigos; y serán para presa y despojo de todos sus adversarios;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Incluso rechazaré al remanente de mi pueblo que haya quedado y los entregaré como botín a sus enemigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Tiraré el resto de los que me pertenecen, los entregaré en manos de sus enemigos y se convertirán en la presa y el botín de todos sus enemigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Abandonaré el resto de mi heredad y los entregaré en mano de sus enemigos, y llegarán a ser como presa y botín para todos sus enemigos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Abandonaré el resto de mi heredad y lo entregaré en manos de sus enemigos, de modo que será despojo y botín de todos sus adversarios,

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2 Reyes 21:14
35 Referans Kwoze  

Por tanto el Señor se indignó altamente contra Israel, y lo arrojó de delante de sí, y no quedó sino la sola tribu de Judá.


Mas ni aun la misma tribu de Judá observó los mandamientos del Señor Dios suyo; antes bien imitó los extravíos o errores en que había incurrido Israel.


Y así el Señor desechó a todo el linaje de Israel, y lo castigó y lo entregó en manos de sus opresores, hasta que lo arrojó enteramente de su presencia.


Hasta tanto que el Señor arrojó de su presencia a Israel, como lo tenía predicho por medio de todos los profetas, sus siervos. Y fue Israel transportado de su tierra a la Asiria, en donde se halla hasta hoy día.


Mas el Señor Dios tuyo habrá sin duda oído todas las palabras de Rabsaces, enviado de su amo, el rey de los asirios, a ultrajar al Dios vivo, y a llenarlo de denuestos con las palabras que acaba de escuchar el Señor tu Dios; haz, pues oración por estos pocos israelitas que han quedado.


y mediré a Jerusalén con la misma cuerda que he medido a Samaria, y con la misma plomada que a la casa de Acab; y raeré a Jerusalén como suelen raerse, o borrarse, las tablillas de escribir, pasando y repasando el mango del punzón repetidas veces por encima de ellas, a fin de que nada quede.


por haber obrado el mal en mi presencia, y haberse obstinado en irritarme desde el día en que salieron sus padres del Egipto hasta el día de hoy.


Y así dijo el Señor: Yo arrojaré de mi presencia también a Judá, como arrojé a Israel; y desecharé a Jerusalén , esa ciudad que yo había escogido, y el templo del cual dije: Aquí es donde mi Nombre será invocado.


Entonces el Señor envió contra él cuadrillas de tropa ligera de caldeos, cuadrillas de siros, y cuadrillas de moabitas, y cuadrillas de amonitas; a los cuales envió contra Judá, a fin de destruirlo, conforme lo había predicho el Señor por boca de sus siervos los profetas.


fue a encontrar a Asá, y le dijo: Escuchadme tú, oh Asá, y pueblos todos de Judá y de Benjamín: El Señor ha estado con vosotros en la batalla, porque vosotros habéis permanecido adictos a él. Si vosotros lo buscareis, lo hallaréis; mas si lo abandonareis, os abandonará.


Porque el Señor ama lo justo, y no desampara a sus santos; eternamente serán protegidos. Los injustos serán castigados; y perecerá la raza de los impíos.


¿Y por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Cómo se ha encendido tu furor contra las ovejitas que apacientas?


Es verdad que él no lo pensará así, y que en su corazón no formará tal concepto; su corazón solamente pondrá la mira en destruir y exterminar no pocas naciones.


Para castigarlos, dice el Señor, he desamparado mi casa o templo, he abandonado mi heredad, he entregado la que era las delicias de mi alma en manos de sus enemigos.


Y en este sitio disiparé yo los designios de los habitantes de Judá y de Jerusalén ; exterminaré a éstos con la espada, a la vista de sus enemigos, y por mano de aquellos que buscan su perdición, y daré sus cadáveres en pasto a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.


Si te preguntare, pues, este pueblo, o un profeta, o un sacerdote, burlándose de ti, y te dijere: Vaya, ¿cuál es la carga o duro vaticinio que nos anuncias de parte del Señor?, le responderás: La carga sois vosotros; y yo, dice el Señor, os arrojaré lejos de mí.


Mirad, yo estaré velando sobre ellos para su daño, y no para su bien; y todos cuantos hombres de Judá se hallan en Egipto, perecerán al filo de la espada y de hambre, hasta que del todo sean exterminados.


El enemigo echó su mano a todas las cosas que Jerusalén tenía más apreciables, y ella ha visto entrar en su santuario los gentiles, de los cuales habías tú mandado que no entrasen en tu asamblea.


Sus enemigos se han enseñoreado de ella; los que la odiaban se han enriquecido con sus despojos, porque el Señor falló contra ella a causa de grandes de sus maldades; sus pequeños han sido llevados al cautiverio, arreándolos el opresor.


¿Por qué para siempre te has de olvidar tú de nosotros? ¿Nos has de tener abandonados por largos años?


Os dirigiré una mirada con rostro airado, y caeréis a los pies de vuestros enemigos, y quedaréis sujetos a los que os aborrecen: os entregaréis a la fuga sin que nadie os persiga.


La virgen (el florido reino) de Israel ha sido arrojada por tierra, y no hay quien la levante.


El Señor te hará caer postrado a los pies de tus enemigos. Por un camino irás a pelear contra ellos, y no hallarás bastantes sendas por donde huir; y serás dispersado por todos los reinos de la tierra.


Serás hecho esclavo de un enemigo que conducirá el Señor contra ti, le servirás con hambre y sed, y desnudez, y todo género de miserias; y pondrá un yugo de hierro sobre tu cerviz, hasta que te aniquile.


con lo cual se encenderá mi furor contra él en aquel día; y lo abandonaré y esconderé de él mi rostro, y será consumido; todos los males y aflicciones caerán sobre él en tanto grado, que dirá en aquel día: Verdaderamente que por no estar Dios conmigo, me han acontecido estos males.


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