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2 Crónicas 32:8 - Biblia Torres Amat 1825

8 Pues él tiene consigo un brazo de carne; pero con nosotros está el Señor Dios nuestro, el cual es nuestro defensor, y pelea por nosotros. Al oír el pueblo estas palabras de Ezequías , rey de Judá, cobró gran aliento.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El rey podrá tener un gran ejército, pero no son más que hombres. ¡Con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y para pelear nuestras batallas por nosotros!». Las palabras de Ezequías alentaron en gran manera a la gente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Con él hay una fuerza humana, pero con nosotros está Yavé, nuestro Dios, para ayudarnos y combatir nuestros combates. El pueblo quedó confortado con las palabras de Ezequías, rey de Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Con él está un brazo de carne, pero con nosotros está YHVH nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo se apoyó en las palabras de Ezequías rey de Judá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está Yahveh, nuestro Dios, dispuesto a prestarnos ayuda y a pelear en nuestros combates'. El pueblo se sintió fortalecido con las palabras de Ezequías, rey de Judá.

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2 Crónicas 32:8
35 Referans Kwoze  

Puso su esperanza en el Señor Dios de Israel; y así no tuvo semejante en todos los reyes de Judá, sus sucesores, como ni tampoco en los que le precedieron.


Mas él respondió: No tienes que temer, porque tenemos mucha más gente nosotros que ellos.


De los heridos murieron muchos, porque de su cuenta había tomado Dios aquella batalla. Los vencedores habitaron en el país de los vencidos hasta la salida a Babilonia.


Por tanto el caudillo de nuestro ejército es Dios, y sus sacerdotes los que tocan los clarines y dan la señal contra vosotros. Oh hijos de Israel, no queráis pelear contra el Señor Dios de vuestros padres, porque no os tiene cuenta.


Asá, marchó contra él, y le presentó la batalla en el valle de Sefata, que está junto a Maresa;


e invocó al Señor Dios, diciendo: Señor, para ti lo mismo es dar socorro por medio de pocos, que de muchos; ayúdanos, oh Señor Dios nuestro, pues confiados en ti y en tu Nombre hemos venido contra esta muchedumbre. Señor, tú eres nuestro Dios, no prevalezca el hombre contra ti.


En aquel tiempo se presentó el profeta Hanani a Asá, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto has puesto la confianza en el rey de Siria, y no en el Señor tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria se ha escapado de tus manos.


y dijo: Atención, oh pueblo de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén , y tú, oh rey Josafat: Esto os dice el Señor: No tenéis que temer ni acobardaros a vista de esa muchedumbre, porque el combate no está a cargo vuestro, sino de Dios.


No tendréis vosotros que pelear; manteneos solamente a pie firme con confianza, y veréis, oh habitantes de Judá y Jerusalén , el socorro del Señor sobre vosotros; no tenéis que temer ni acobardaros; mañana saldréis contra ellos, y el Señor estará con vosotros.


Y a la mañana siguiente poniéndose en movimiento, tomaron el camino del desierto de Tecue; y comenzada la marcha, Josafat, puesto en medio de ellos, dijo: Oídme, varones de Judá, y vosotros habitantes todos de Jerusalén : Confiad en el Señor Dios vuestro, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y todo irá felizmente.


No os dejéis, pues, engañar de Ezequías , ni seducir con vanas persuasiones, y no le deis crédito; porque si ninguno de los dioses de las naciones, ni de los otros reinos, pudo librar a su pueblo de mis manos, ni de las manos de mis padres, es consiguiente que tampoco vuestro Dios podrá libertaros de caer en las mías.


Si tienes, pues, un brazo fuerte como el de Dios, y si el tono de tu voz es semejante a su trueno,


Mejor es confiar en el Señor, que confiar en el hombre.


Unos confían en sus carros armados, otros en sus caballos; mas nosotros invocaremos el Nombre del Señor nuestro Dios.


El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro defensor es el Dios de Jacob .


Con nosotros está el Señor de los ejércitos; el Dios de Jacob es nuestro defensor.


Y creyó el pueblo. Y entendieron que el Señor venía a visitar a los hijos de Israel por haber vuelto los ojos a su tribulación; y postrados en tierra, le adoraron.


Abate al hombre la melancolía del corazón; y con la buena conversación se alegrará.


Porque hace ya tiempo que les está preparado el valle de Tofet, aparejado fue por el gran rey, profundo y espacioso, cuyo cebo es el fuego y mucha leña; un soplo del Señor como torrente de azufre, es el que lo enciende.


Porque he aquí lo que me ha dicho el Señor: De la manera que ruge el león o un leoncillo sobre su presa, y por más que vaya contra él una cuadrilla de pastores, no se acobarda con sus gritos, ni se aterrará por muchos que sean los que lo acometan, así descenderá el Señor de los ejércitos para combatir sobre el monte Sión y sobre sus collados.


¿Dónde está el dios de Emat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaím? ¿Por ventura han librado sus dioses a Samaria de caer en mi poder?


Sábete que quedarán confundidos y avergonzados todos aquellos que te hacen guerra; serán como si no fuesen, y perecerán los que te contradicen.


Pues esto me dijo el Señor cuando con mano poderosa me corrigió, advirtiéndome que no siguiese los pasos de este pueblo: Mira,


Esto dice el Señor: Maldito sea el hombre que confía en otro hombre, y no en Dios, y se apoya en un brazo de carne miserable, y aparta del Señor su corazón.


No temáis al rey de Babilonia, del cual tenéis tanto miedo; no lo temáis, dice el Señor, porque yo soy con vosotros para salvaros, y libraros de sus manos.


Entonces me respondió él, y me dijo: Esta es la palabra que el señor dice a Zorobabel: No ha de ser por medio de un ejército, ni con la fuerza, sino por la virtud de mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos.


pues que yo estoy contigo, y nadie llegará a maltratarte; porque ha de ser mía mucha gente en esta ciudad.


Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y vieres su caballería y carros, y hallares que su ejército es más numeroso que el tuyo, no los temas; pues el Señor tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo.


Escucha, ¡oh Israel!, vosotros entrais hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no os intimidéis, no volváis pies atrás, no los temáis:


porque el Señor Dios vuestro está en medio de vosotros, y peleará por vosotros contra los enemigos, para libraros del peligro.


El Señor me librará de todo pecado, y me conducirá a su reino celestial, a él sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo para instruir a los escogidos de Dios en la fe y en el conocimiento de la verdad que es según la piedad,


y todos sus reyes y territorios; porque el Señor Dios de Israel peleó por él.


Esos tales son del mundo, y por eso hablan el lenguaje del mundo, y el mundo los escucha.


Mas David respondió al filisteo: Tú vienes contra mí con espada, lanza y escudo; pero yo salgo contra ti en el nombre del Señor de los ejércitos, del Dios de las legiones de Israel, a las cuales tú has insultado este día.


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