Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





2 Crónicas 23:11 - Biblia Torres Amat 1825

11 En seguida sacaron al hijo del rey, y le ciñeron la corona, y el testimonio, y le pusieron en la mano el libro de la ley, y lo proclamaron rey. Y el sumo sacerdote Joíada, asistido de sus hijos, lo ungió; y lo aclamaron diciendo: Viva el rey.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona y el testimonio, y lo proclamaron rey; y Joiada y sus hijos lo ungieron, diciendo luego: ¡Viva el rey!

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Entonces Joiada y sus hijos sacaron a Joás, el hijo del rey, pusieron la corona sobre su cabeza y le entregaron una copia de las leyes de Dios. Lo ungieron y lo proclamaron rey, y todos gritaron: «¡Viva el rey!».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Entonces hicieron salir de allí al hijo del rey y le pusieron la corona y las cadenillas. Lo proclamaron rey; Joyadá y sus hijos lo ungieron y gritaron: '¡Viva el rey!'

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

11 Luego sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona, le dieron el Testimonio° y lo proclamaron rey. Y Joiada y sus hijos lo ungieron diciendo: ¡Viva el rey!

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Sacaron en seguida al hijo del rey, le colocaron la diadema y el libro de la ley y lo proclamaron rey. Joadá y sus hijos lo ungieron y gritaron: '¡Viva el rey!'.

Gade chapit la Kopi




2 Crónicas 23:11
34 Referans Kwoze  

Por lo que poniéndome sobre él lo acabé de matar; bien cierto de que no podría sobrevivir después de tal desastre. Tome la diadema de su cabeza y el brazalete de su brazo, y te lo traigo a ti, que eres mi señor.


Cusai, araquita, amigo de David, fue a presentarse a Absalón, diciéndole: Dios te guarde, oh rey; oh rey, Dios te guarde.


Vinieron también los ancianos de Israel a tratar con el rey en Hebrón, y capituló allí con ellos el rey David delante del Señor; después de lo cual lo ungieron por rey de todo Israel.


Porque hoy ha salido, y ha hecho degollar bueyes y reses gordas, muchísimos carneros, y ha convidado a todos los hijos del rey y a los caudillos del ejército, y también a Abiatar, sumo sacerdote; los cuales han comido y bebido a su lado, diciendo: ¡Viva el rey Adonías!


y allí lo ungirán por rey de Israel el sumo sacerdote Sadoc y el profeta Natán; y tocaréis la trompeta, y diréis: ¡Viva el rey Salomón !


El sumo sacerdote Sadoc tomó del Tabernáculo la vasija del óleo sagrado, y ungió a Salomón , y tocaron las trompetas, y gritó todo el pueblo: ¡Viva el rey Salomón !


Entonces Joíada sacó fuera al hijo del rey, y le puso la diadema sobre la cabeza y el libro de la ley; lo hicieron rey, y lo ungieron; y dando palmadas le proclamaron, diciendo: Viva el rey.


Pero Josabet, hija del rey, cogió a Joás, hijo de Ocozías, robándolo de entre los demás hijos del rey, cuando los mataban, y lo escondió en compañía de con su nodriza en el templo, en la estancia del dormitorio de los sacerdotes y levitas. Esta Josabet, que lo escondió, y evitó que Atalía lo matase, era hija del rey Joram, mujer del sumo sacerdote Joíada, y hermana de Ocozías.


y apostó toda la gente armada de dagas, desde la parte derecha del templo hasta la izquierda delante del altar y del templo, alrededor del rey.


Mas habiendo oído Atalía el alborozo del pueblo, que iba corriendo y vitoreando al rey, se presentó al pueblo en el templo del Señor;


A sus enemigos los cubriré de oprobio; mas en él brillará la gloria de mi propia santidad.


Antes te has anticipado a él con bendiciones amorosas; le pusiste sobre la cabeza una corona de piedras preciosas.


El estableció alianza con Jacob y dio la ley a Israel. Todo lo cual mandó a nuestros padres que lo hiciesen conocer a sus hijos,


Hallé a David, siervo mío, lo ungí con mi óleo sagrado.


Has anulado la alianza con tu siervo; has arrojado por el suelo su sagrada diadema.


Y pondrás en el arca las tablas de la ley, que yo te daré.


dentro de la que pondrás las tablas de la ley, que te daré.


Concluidos estos razonamientos en el monte Sinaí , dio el Señor a Moisés las dos tablas de piedra, que contenían la ley, escritas por el dedo de Dios.


Y los reyes serán los que te alimenten, y las reinas tus amas de leche. Rostro por tierra te adorarán, y besarán el polvo de tus pies. Y entonces conocerás que yo soy el Señor. Y que no quedarán confundidos los que esperan en mí.


Yo, sin embargo, tengo puesta mi esperanza en el Señor, que ha escondido su rostro de la casa de Jacob , y en esta esperanza perseveraré.


Y la luz pasará por su casa sin detenerse, y ellos caerán por el suelo, y tendrán hambre; y cuando estén hambrientos se enfurecerán y maldecirán a su rey y a su Dios; y levantarán los ojos hacia arriba,


Y tanto las gentes que iban delante, como las que venían detrás, clamaban diciendo: ¡Hosanna, al Hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!


Por cuanto era cosa digna que aquel Dios para quien y por quien son todas las cosas, habiendo de conducir a muchos hijos adoptivos a la gloria, consumase o inmolase por medio de la pasión y muerte al autor y modelo de la salvación de los mismos, Jesucristo Señor nuestro.


Ninguno cuando es tentado, diga que Dios le tienta; porque Dios no puede jamás dirigirnos al mal; y así él a ninguno tienta.


Vosotros, al contrario, habéis afrentado al pobre. ¿No son los ricos los que os tiranizan, y no son ésos mismos los que os arrastran a los tribunales?


Eran sus ojos como llamas de fuego, y tenía en la cabeza muchas diademas y un nombre escrito, que nadie lo entiende, o comprende, sino él mismo.


Digno eres, ¡oh Señor Dios nuestro!, de recibir la gloria, y el honor, y el poderío, porque tú creaste todas las cosas, y por tu querer subsisten, y fueron creadas.


Y del solio salían relámpagos, y voces, y truenos; y siete lámparas estaban ardiendo delante del solio, que son los siete espíritus de Dios.


Vi también y oí la voz de muchos ángeles alrededor del solio, y de los animales, y de los ancianos, y su número era millares de millares,


Entonces sacó Samuel una redomita de óleo o bálsamo, y la derramó sobre la cabeza de Saúl, y lo besó, diciendo: He aquí que el Señor te ha ungido para príncipe sobre su herencia y tú librarás a su pueblo de las manos de sus enemigos que la rodean. Esta señal tendrás de que Dios te ha ungido para príncipe:


Dijo entonces Samuel a todo el pueblo: Ya véis a quien ha elegido el Señor, y que no hay en todo el pueblo uno semejante a él. Y gritó todo el pueblo, diciendo: ¡Viva el rey!


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite