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2 Crónicas 22:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 porque fue voluntad de Dios irritado contra Ocozías, que éste pasase a visitar a Joram; y que después de llegado, saliese con él contra Jehú, hijo de Namsi, a quien ungió el Señor para exterminar la casa de Acab.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese destruido viniendo a Joram; porque habiendo venido, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehová había ungido para que exterminara la familia de Acab.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ahora bien, Dios había decidido que esta visita sería la ruina de Ocozías. Mientras estaba allí, Ocozías salió con Joram para encontrarse con Jehú, nieto de Nimsi, a quien el Señor había designado para destruir la dinastía de Acab.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 esta visita a Joram vino de Dios para ruina de Ocozías, pues llegado allí, salió con Joram contra Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yavé había ungido para exterminar la familia de Ajab.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Pero la derrota de Ocozías era designio de Dios, por haber ido a ver a Joram.° Al llegar allí, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, a quien YHVH había ungido para exterminar la casa de Acab.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Pero estaba de Dios la ruina de Ocozías, cuando éste fue a visitar a Jorán. Porque, así que llegó, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yahveh había ungido para exterminar la casa de Ajab.

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2 Crónicas 22:7
18 Referans Kwoze  

Y no quiso el rey condescender con el pueblo; por cuanto el Señor lo había dejado de su mano, en cumplimiento de su palabra que por boca de Ahías, silonita, dirigió a Jeroboam, hijo de Nabat.


Esto dice el Señor: No salgáis a campaña, ni peleéis contra vuestros hermanos, los hijos de Israel; vuélvase cada cual a su casa; porque yo soy el que he dispuesto lo sucedido. Obedecieron ellos las palabras del Señor, y se volvieron según el Señor lo había mandado.


y a Jehú, hijo de Namsi, lo ungirás rey de Israel; y ungirás también a Eliseo, hijo de Safat, natural de Abelmeula, por profeta sucesor tuyo.


Y dijo el Señor: ¿Quién engañará a Acab, rey de Israel, para que vaya y perezca en Ramot de Galaad? Sobre lo cual uno dijo una cosa, y otro otra.


Hizo, pues, matar Jehú a cuantos habían quedado en la familia de Acab en Jezrael, y a todos sus magnates, y familiares, y sacerdotes, sin dejar ninguno con vida.


Entonces dijo Joram: Pon el coche. Le pusieron el coche, y salió Joram, rey de Israel, en compañía de Ocozías, rey de Judá, cada cual en su coche y fueron al encuentro de Jehú, y lo hallaron en el campo de Nabot, jezraelita.


Al ver esto Ocozías, rey de Judá, echó a huir por el camino de la casa del huerto. Y corrió Jehú tras él, diciendo: Matad también a éste dentro de su coche. Y lo hicieron en la cuesta de Gaver, junto a Jeblaam, y siguió huyendo hasta Mageddo, donde murió.


Y no quiso condescender con los ruegos del pueblo; por ser voluntad de Dios que se cumpliese su palabra, anunciada por boca de Ahías silonita a Jeroboam, hijo de Nabat.


El cual se retiró a Jezrael para curarse de sus heridas; pues fueron muchas las que recibió en aquella batalla. Por lo que Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, bajó a visitar a Joram, hijo de Acab, que se hallaba enfermo en Jezrael;


Así se reconocerá que el Señor hace justicia; al ver que el pecador ha quedado preso en las obras o lazos de sus propias manos.


El corazón del hombre forma sus designios; mas del Señor es el dirigir sus pasos.


Yo soy el que desde el principio del mundo anunció lo que sucederá al último, y predigo mucho tiempo antes aquello que todavía está por hacer. Yo que hablo y sostengo mi resolución, y hago que se cumplan todos mis deseos.


¿Quién es el sabio que estas cosas comprenda? ¿Quién tiene talento para penetrarlas? Porque los caminos del Señor son rectos, y por ellos andarán los justos; mas los prevaricadores hallarán en ellos su ruina.


y hollaréis a los impíos, hechos ya ceniza debajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo obraré, dice el Señor de los ejércitos.


Sí: mía es la venganza, y yo les daré el pago a su tiempo, para derrocar su pie: cerca está ya el día de su perdición, y ese plazo viene volando.


Porque había decretado Dios el dejar que el corazón de los ciudadanos se endureciese, y que peleasen contra Israel, y así fuesen destruidos, y no mereciesen clemencia alguna, sino que perecieran, como el Señor tenía mandado a Moisés.


Mas sus padres no sabían ser cosa dispuesta por el Señor, y que Sansón buscaba ocasión de dar contra los filisteos; por cuanto en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.


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