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2 Crónicas 22:4 - Biblia Torres Amat 1825

4 Hizo, pues, lo malo en la presencia del Señor como la casa de Acab; de la cual escogió sus consejeros después de la muerte de su padre, para perdición suya.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Hizo, pues, lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Hizo lo malo a los ojos del Señor, igual que la familia de Acab. Los parientes de Acab incluso llegaron a ser asesores de Ocozías después de la muerte de su padre y lo llevaron a la ruina.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Se portó mal con Yavé, como los de la familia de Ajab, porque después de la muerte de su padre, fueron ellos sus consejeros para su perdición.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 E hizo lo malo ante los ojos de YHVH, como la casa de Acab, porque después de la muerte de su padre, le aconsejaban para perdición suya.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Hizo, pues, lo que es malo a los ojos de Yahveh, como los de la casa de Ajab, los cuales, después de la muerte de su padre, fueron sus consejeros, para perdición suya.

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2 Crónicas 22:4
9 Referans Kwoze  

Pero también éste comenzó luego a seguir los pasos de la casa de Acab; porque su madre lo precipitó a la impiedad.


Hijo mío, por más que te halaguen los pecadores, no condesciendas con ellos.


Rectos y sinceros son los pensamientos de los justos; fraudulentos los consejos de los impíos.


Quien anda con sabios, sabio será; el amigo de los necios se asemejará a ellos.


No te canses, hijo mío, de escuchar las advertencias, ni quieras ignorar las máximas juiciosas.


Mandó, pues, el rey Nabucodonosor juntar los sátrapas, magistrados y jueces, los capitanes y grandes señores, y los prefectos y los gobernadores todos de las provincias, para que asistiesen a la dedicación de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.


Entonces el rey Nabucodonosor quedó atónito, se levantó apresuradamente, y dijo a sus magnates: ¿No hemos mandado arrojar tres hombres atados aquí en medio del fuego? Respondieron diciendo: Así es, ¡oh rey!


Porque tú has observado lo que te enseñó tu impío rey Amri y todos los usos de la casa de Acab, y has seguido todos sus antojos, para que yo te abandonase, ¡oh Jerusalén !, a la perdición, y al escarnio a tus moradores. Y vosotros, ¡oh poderosos!, llevaréis el castigo del oprobio causado al pueblo mío.


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