Pero Josabet, hija del rey, cogió a Joás, hijo de Ocozías, robándolo de entre los demás hijos del rey, cuando los mataban, y lo escondió en compañía de con su nodriza en el templo, en la estancia del dormitorio de los sacerdotes y levitas. Esta Josabet, que lo escondió, y evitó que Atalía lo matase, era hija del rey Joram, mujer del sumo sacerdote Joíada, y hermana de Ocozías.
Pero al séptimo año se animó Joíada; y uniéndose con los centuriones, es a saber, con Azarías, hijo de Jeroboam, e Ismael, hijo de Johanán, y Azarías, hijo de Obed, y Maasías, hijo de Adaías, y Elisafat, hijo de Zecri, hizo liga con ellos.
Verdaderamente, Señor, conozco que tú eres justo, aunque yo ose pedirte la razón de algunas cosas. A pesar de eso yo te diré una queja mía al parecer justa: ¿por qué motivo a los impíos todo les sale prósperamente, y lo pasan bien todos los que prevarican y obran mal?
Mas qué ¿no existes tú desde el principio , ¡oh Señor Dios mío mi Santo!, y el que nos librará de la muerte? ¡Oh Señor!, tú has destinado a este Nabucodonosor para ejercer tu venganza, y le has dado tan gran poderío para castigarnos por medio de él.