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2 Corintios 1:4 - Biblia Torres Amat 1825

4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que se hallan en cualquier trabajo, con la misma consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 que nos consuela° en toda nuestra tribulación, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Él nos consuela en toda tribulación, hasta el punto de que, mediante esa consolación con la que a nosotros mismos nos consuela Dios, podamos consolar a los que están en toda clase de tribulación.

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2 Corintios 1:4
24 Referans Kwoze  

Te manifesté mi delito, y dejé de ocultar mi injusticia. Confesaré, dije yo, contra mí mismo al Señor la injusticia mía, y tú perdonaste la malicia de mi pecado.


Tú eres mi asilo en la tribulación que me tiene cercado: Tú, oh alegría mía, líbrame de los que me tienen rodeado.


Venid, y escuchad vosotros todos los que teméis a Dios y os contaré cuán grandes cosas ha hecho el Señor de mi alma.


Obra algún prodigio a favor mío, para que los que me aborrecen, vean con confusión suya, cómo tú, ¡oh Señor!, me has socorrido y consolado.


He aquí que Dios es el salvador mío; viviré lleno de confianza, y no temeré; porque mi fortaleza y mi gloria es el Señor, y él ha tomado por su cuenta mi salvación.


Habladle al corazón a Jerusalén , alentadla, pues se acabó su aflicción; ya está perdonada su maldad; ella ha recibido ya de la mano del Señor al doble por todos sus pecados.


No padecerán hambre ni sed, ni el ardor del sol les ofenderá; porque aquel Señor que usa de tanta misericordia para con ellos, los conducirá, y los llevará a beber en los manantiales de las aguas.


Yo, yo mismo os consolaré. ¿Quién eres tú que tanto temes a un hombre mortal y al hi-jo del hombre que como el heno ha de secarse?


Del mismo modo, pues, consolará el Señor a Sión, y reparará todas sus ruinas, y convertirá sus desiertos en lugares de delicias, y su soledad en un jardín amenísimo. Allí será el gozo y la alegría, la acción de gracias, y las voces de alabanza a la gloria del Señor.


Regocijaos y a una cantad alabanzas al Señor, oh desiertos de Jerusalén , pues ha consolado el Señor a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén .


Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consuelo y abogado, para que esté con vosotros eternamente,


No os dejaré huérfanos: yo volveré a vosotros.


Mas el Consolador, el Espíritu Santo, que mi Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo, y os recordará cuantas cosas os tengo dichas.


delante de Dios: por eso ahora nos hemos consolado. Mas en esta consolación nuestra, sobre todo nos ha llenado de gozo el contento de Tito, viendo que todos vosotros habéis contribuido a recrear su espíritu;


Grande es la confianza que de vosotros tengo, muchos los motivos de gloriarme en vosotros; y así estoy inundado de consuelo, reboso de gozo en medio de todas mis tribulaciones.


y muchos de los hermanos en el Señor, cobrando bríos con mis cadenas, con mayor ánimo se atreven a predicar sin miedo la palabra de Dios.


Pero en cuanto al tiempo y al momento de esta segunda venida de Jesucristo, no necesitáis, hermanos míos, que os escriba;


Asimismo, hermanos, os rogamos que tengáis especial consideración a los que trabajan entre vosotros, y os gobiernan en el Señor, y os instruyen,


marchad con paso firme por el recto camino, a fin de que alguno por andar claudicando en la fe no se aparte de ella, sino antes bien se corrija.


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