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1 Samuel 6:5 - Biblia Torres Amat 1825

5 Haréis de oro cinco figuras de hemorroides, y otras tantas figuras de ratones, también de oro, conforme al número de las provincias de los filisteos; pues todos vosotros y vuestros sátrapas, habéis padecido una misma plaga. Por tanto haréis unas figuras de hemorroides y otras de los ratones que han talado la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; a ver si con esto levanta su mano de vosotros y de vuestros dioses y de vuestro país.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Haréis, pues, figuras de vuestros tumores, y de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Hagan estas cosas para demostrar su respeto al Dios de Israel. Tal vez entonces él deje de afligirlos a ustedes, a sus dioses y a su tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Hagan estatuas de sus tumores y de las ratas que asolan su país, y den gloria al Dios de Israel. A lo mejor así dejará su mano de castigarlos, tanto a ustedes como a sus dioses y a su país.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Por tanto, os haréis figuras de vuestras hemorroides, y figuras de los ratones que infectan vuestra tierra, y daréis gloria al Dios de Israel, que quizá aliviará su mano de sobre vosotros, y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Haced, pues, figuras de vuestros tumores y figuras de las ratas que arruinan el país, así daréis gloria al Dios de Israel. Quizá entonces el peso de su mano sobre vosotros, vuestros dioses y vuestro país, sea más ligero.

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1 Samuel 6:5
30 Referans Kwoze  

Tributad, oh pueblos, con todas vuestras familias, tributad al Señor la gloria y el poder.


Tributad al Señor la gloria debida a su santo Nombre; presentadle sacrificios, y venid a su presencia, y adorad al Señor en su magnífico santuario.


Un pueblo a quien yo no conocía, se sometió a mi dominio; apenas hubo oído mi voz, me rindió la obediencia.


Porque de día y de noche me hiciste sentir tu pesada mano. Revolcábame en mi miseria, mientras tenía clavada la espina.


Señor, levanta de mí tu azote.


Decid a Dios: ¡Oh cuán estupendas son, Señor, tus obras! A la fuerza de tu gran poder se reducirán a la nada tus enemigos.


Porque yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré de muerte a todo primogénito en dicha tierra, sin perdonar a hombre, ni bestia; y de los dioses todos de Egipto tomaré yo venganza, Yo el Señor.


Lo hicieron así, y extendió Aarón la vara que tenía en la mano, e hirió el polvo de la tierra, y hombres y bestias quedaron infestados de mosquitos, y todo el polvo de la tierra se convirtió en mosquitos por todo el país de Egipto.


Y así lo hizo el Señor. Enjambres de moscas molestísimas y dañinas vinieron a las casas del faraón y de sus criados, y a toda la tierra de Egipto, y quedó el país infestado de tales moscas.


Dijo, pues, el Señor a Moisés: Dile a Aarón: Extiende tu mano sobre los ríos y sobre los arroyos y las lagunas, y haz salir ranas sobre la tierra de Egipto.


Y haré que vengan a las manos egipcios contra egipcios, y combatirá el hermano contra su propio hermano, y el amigo contra su amigo, ciudad contra ciudad, y reino contra reino.


Porque el Señor saldrá afuera como un invencible campeón; como un fuerte guerrero excitará su celo; dará voces y calmará; prevalecerá contra sus enemigos.


Al contrario, dad gloria al Señor Dios vuestro, arrepentíos antes que vengan las tinieblas de la tribulación, y antes que tropiecen vuestros pies en montes cubiertos de espesas nieblas; entonces esperaréis la luz, y la trocará el Señor en sombra de muerte y en oscuridad.


Reconoce, tu infidelidad; pues has prevaricado contra el Señor Dios tuyo, y te prostituiste a los dioses extraños debajo de todo árbol frondoso, y no escuchaste mi voz, dice el Señor.


Y compensaré los años estériles que ocasionó la langosta, el pulgón, la roya, y la oruga, terribles ejércitos que envié contra vosotros.


¿Quién sabe si así cambiará el Señor su designio, y nos perdonará; y si se aplacará el furor de su ira, de suerte que no perezcamos?


Si no quisiereis escuchar, ni quisiereis asentar en vuestro corazón dar gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre vosotros la miseria y maldeciré vuestras bendiciones, o bienes, y echaré sobre ellas maldición; puesto que vosotros no habéis hecho caso de mí.


y mientras que sepultaban a todos los primogénitos, muertos por el Señor, el cual ejerció también la venganza en sus dioses,


Llamaron, pues, otra vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.


Dijo, pues, Josué a Acán: Hijo mío, da gloria al Señor Dios de Israel, y confiesa y declárame qué haz hecho: no me lo encubras.


El segundo ay se pasó, y bien pronto vendrá el ay tercero, o la tercera desdicha.


diciendo a grandes voces: Temed al Señor, y honradle, o dadle gloria, porque venida es la hora de su juicio; y adorad a aquel que hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y las fuentes de las aguas.


Y los hombres, abrasándose con el calor excesivo, blasfemaron el Nombre de Dios que tiene en su mano estas plagas, en vez de hacer penitencia para darle gloria.


Por lo cual hicieron que se juntasen todos los sátrapas de los filisteos, los cuales dijeron: Devolved el arca del Dios de Israel, y restitúyase a su lugar; a fin de que no acabe con nosotros y con nuestro pueblo.


Y conforme la iban así conduciendo de ciudad en ciudad, el Señor descargaba su mano sobre ellas, causando una mortandad grandísima; y hería a los moradores de cada pueblo, desde el menor hasta el mayor, de modo que sus hemorroides hinchadas y caídas se corrompían. Por lo que los geteos discurriendo entre sí, se hicieron unos asientos de pieles.


Tomaréis después el arca del Señor y la pondréis en el carro, colocando a su lado en un cofrecito las figuras de oro que le consagrasteis por el pecado; y dejadla ir.


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