Con efecto, Manasés tuvo por herencia, en los confines de Isacar y se Aser a Betsán con sus aldeas, a Jeblaam con las suyas, a los habitantes de Dor con sus villas, y a los de Endor con sus aldeas; asimismo a los habitantes de Tenac, con sus aldeas, y a los de Mageddo con las suyas, y la tercera parte de la ciudad de Nofet.
De lo cual irritado el Señor contra los israelitas, los entregó en manos de los saqueadores, que los cautivaron y vendieron a los enemigos cercanos; ni pudieron ya contrarrestar a sus adversarios;
Dijo todavía David a Aquimelec: ¿Tienes aquí a mano alguna lanza o espada? pues no he traído conmigo mi espada ni mis armas; porque urgía la orden del rey.
salieron todos los más esforzados, anduvieron toda la noche, y quitaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos del muro de Betsán; y volviéndose a Jabes Galaad, allí los quemaron.
Porque Samuel habló a toda la casa de Israel, diciéndole: Si de todo corazón os convertís al Señor, arrojad de en medio de vosotros los dioses ajenos, los Baales y los Astarot; y preparad vuestros corazones para el Señor, y servidle a él solo, y os libertará del poder de los filisteos.