17 Por tanto considera y reflexiona lo que debes hacer; porque está para caer sobre tu marido y sobre tu casa una gran desgracia; ese amo nuestro es un hijo de Belial, tan violento que nadie se atreve a hablarle.
17 Ahora, pues, reflexiona y ve lo que has de hacer, porque el mal está ya resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan perverso, que no hay quien pueda hablarle.
17 Es necesario que usted lo sepa y decida qué hacer, porque habrá problemas para nuestro amo y toda la familia. ¡Nabal tiene tan mal genio que no hay nadie que pueda hablarle!».
17 Ahora piensa y ve qué es lo que se debe hacer porque la suerte de nuestro patrón y de toda su casa ya está echada y él es muy malo para poder conversarle'.
17 Ahora pues considera lo que has de hacer, porque el mal está decidido contra nuestro amo y contra toda su casa, pues él es tan hijo de Belial, que nadie le puede hablar.
17 Ahora, pues, recapacita y mira lo que has de hacer, porque es cosa decidida la desgracia de nuestro amo y de toda su casa, ya que es un hombre tan perverso que no se puede tratar con él'.
Presentándose, pues, Gad a David, se lo contó diciendo: O por siete años será tu país afligido del hambre; o por tres meses andarás huyendo de tus enemigos que te irán persiguiendo; o a lo menos por tres días habrá peste en tu reino. Delibera, pues, ahora, y mira qué respuesta he de dar al que me ha enviado.
y sobornad a dos hombres, hijos de Belial, que digan contra él este falso testimonio: Ha blasfemado contra Dios y contra el rey. Después sacadle fuera, y apedreadle hasta que muera.
Y habiendo introducido a dos hombres, hijos del diablo, los hicieron sentar enfrente de Nabot, los cuales, al fin como hombres diabólicos, atestiguaron contra él en presencia del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado contra Dios y contra el rey. En vista de este testimonio lo sacaron fuera de la ciudad, y lo mataron a pedradas.
¿y que se coligaron con él unos hombres vanísimos, e hijos de Belial, y prevalecieron contra Roboam, hijo de Salomón ; por cuanto era Roboam inexperto, y de corazón medroso, y no pudo resistirles?
Y diciéndole esto el profeta, le respondió Amasías: ¿Eres tú, por ventura, consejero del rey? Calla, si no quieres te mande quitar a vida. Mas el profeta dijo al partir: Sé que Dios ha decretado hacerte morir a ti por esa maldad que has cometido, y porque además no has dado oído a mis consejos.
Al mismo tiempo el rey, lleno de cólera, se levantó del lugar del convite, y pasó a un jardín inmediato plantado de árboles. Se levantó igualmente Amán para rogar a la reina Ester que le salvase la vida; pues conoció que el rey había resuelto su castigo.
De tu seno han salido unos hijos de Belial, y han pervertido a los vecinos de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que vosotros no conocéis:
Estando cenando, y mientras con los manjares y bebida regocija sus cuerpos fatigados del viaje, vinieron unos vecinos de aquella ciudad, hijos de Belial (esto es, sin freno, ni temor de Dios) y cercando la casa del anciano, comenzaron a dar golpes en la puerta, gritando al dueño de la casa, y diciéndole: Sácanos fuera ese hombre que entró en tu casa, que queremos abusar de él.
Al contrario los hijos de Belial, o los desobedientes al Señor, dijeron: ¿Por ventura podrá éste salvarnos? Y le despreciaron, y no le ofrecieron los donativos acostumbrados; mas él disimuló, haciendo como que no lo entendía.
A lo que respondió Jonatás: Libre estás de que te suceda esto; porque no es posible que yo conozca de cierto que el odio de mi padre contra ti ha llegado a lo sumo, sin que yo te lo avise.
Cogió, pues, Abigaíl, a toda prisa, doscientos panes, y dos pellejos de vino, y cinco carneros cocidos, y cinco medidas de grano tostado, y cien ataditos de pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo sobre sus asnos.
No hagas, te ruego, mi señor y mi rey, ningún caso de la injusticia de Nabal; porque es un insensato, y su mismo nombre denota su necedad. Mas yo, sierva tuya, no vi a los criados que tú, señor mío enviaste.