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1 Samuel 24:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 Y contuvo David con sus palabras a los suyos, no permitiéndoles que se echasen sobre Saúl. Saliendo, pues, éste de la cueva proseguía el camino comenzado;

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Biblia Reina Valera 1960

7 Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces David contuvo a sus hombres y no les permitió que mataran a Saúl. Después de que Saúl saliera de la cueva para seguir su camino,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Les dijo: '¡Oh no! ¡Por la vida de Yavé que no pondré mi mano sobre él. ¡No puedo hacerle a mi señor tal cosa porque es el ungido de Yavé!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y con estas palabras David disuadió a los suyos, y no les permitió levantarse contra Saúl; de modo que Saúl salió de la cueva y siguió por el camino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y dijo a sus hombres: 'Líbreme Yahveh de hacerle semejante cosa a mi señor, el ungido de Yahveh, y de poner mi mano sobre él, porque es el ungido de Yahveh'.

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1 Samuel 24:7
10 Referans Kwoze  

Le replicó David: Pues, ¿cómo has osado levantar tu mano para matar a un ungido del Señor?


si he vuelto mal por mal a los que me lo han hecho, caiga yo justamente en las garras de mis enemigos, sin recurso.


Yo os digo más: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os persiguen y calumnian,


Declarad contra mí delante del Señor y de su ungido, si acaso yo he usurpado el buey o el asno u otra cosa de ninguna persona; si he calumniado a nadie, si le he oprimido; si he aceptado cohecho, ni regalo alguno de quienquiera que sea, que hoy os satisfaré, y lo restituiré.


y dijo a sus compañeros: No permita el Señor que jamás haga yo tal cosa contra mi señor, contra el ungido del Señor, de extender mi mano contra él, siendo como es el ungido del Señor.


cuando se fue también David en pos de Saúl, y salido ya fuera, dio voces a espaldas de Saúl, diciendo: Mi rey y señor. Volvió Saúl la cabeza, y postrándose David hasta el suelo, le hizo una profunda reverencia.


Bendita seas tú que me has estorbado hoy en ir a derramar sangre, y a tomarme la venganza por mi mano.


Por lo demás el Señor remunerará a cada cual conforme a su justicia y fidelidad. El te había entregado hoy en mi poder, y no he querido levantar mi mano contra el ungido del Señor.


Mas David dijo a Abisai: De ningún modo lo mates; porque, ¿quién podrá alzar, sin pecado, su mano contra el ungido del Señor?


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