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1 Samuel 23:14 - Biblia Torres Amat 1825

14 Por lo que dispuso David marcharse de allí con toda su gente, que eran como unos seiscientos hombres; y saliendo de Ceila, andaban de una a otra parte sin asiento fijo. Tuvo Saúl aviso de que había huido David de Ceila, se había puesto a salvo; por lo cual aparentó no querer moverse.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 David se refugió en unas fortalezas que había en el desierto y en la zona montañosa de Zif. Saúl lo perseguía día tras día, pero Dios no permitió que Saúl lo encontrara.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 David permaneció en los refugios del desierto, en la montaña y en el desierto de Zif. Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo puso en sus manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y David permaneció en el desierto, en lugares de difícil acceso, en la región montañosa del desierto de Zif, entre tanto Saúl lo buscaba cada día; pero ’Elohim no lo entregó en su mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 David vivía en el desierto, en los refugios, y se estableció en las colinas del desierto de Zif. Y aunque Saúl lo buscaba sin pausa, Dios no lo entregó en sus manos.

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1 Samuel 23:14
19 Referans Kwoze  

como también a Get, y Maresa a Zif,


Tú eres mi asilo en la tribulación que me tiene cercado: Tú, oh alegría mía, líbrame de los que me tienen rodeado.


He aquí que me alejaría huyendo, y permanecería en la soledad.


porque sus pies corren hacia la maldad, y van apresurados a derramar la sangre inocente.


Contra el Señor no hay sabiduría, no hay prudencia, no hay consejo que valga.


Porque los impíos no duermen, si antes no han hecho algún mal; y si primero no han causado la ruina de alguno, no pueden conciliar el sueño.


Antes bien mandó a Jeremiel, hijo de Amelec, y a Saraías, hijo de Ezriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendiesen a Baruc, el amanuense o secretario, y al profeta Jeremías; pero el Señor los ocultó.


Después de esto, ¿qué diremos ahora? Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?


Y ya se sabe que todos los que quieren vivir virtuosamente según Jesucristo, han de padecer persecución.


Maón, y Carmel, y Zif, y Jota,


Entretanto estaba David en el desierto en lugares muy fuertes, y se fijó en el monte del desierto de Zif, monte muy espeso. Saúl entretanto no cesaba de buscarlo; mas el Señor siempre lo libertó de sus manos.


Es de saber que cuando Abiatar, hijo de Aquimelec, se refugió a David en Ceila, se llevó consigo el efod del sumo sacerdote.


Observa, pues, ¡oh padre mío!, y reconoce si es la orla de tu clámide o manto la que tengo en mi mano, y cómo al cortar la extremidad de tu vestido no he querido extender mi mano contra ti. Considera ahora tú mismo, y persuádete de que no soy culpable en nada, ni de injusticia, ni de pecado contra ti; tú, por el contrario, andas poniendo asechanzas a mi vida para quitármela.


Mas David dijo en su corazón: Al fin algún día vendré a caer en manos de Saúl. ¿No me vale más huir y ponerme a salvo en tierra de los filisteos, para que Saúl pierda las esperanzas y cese de andarme buscando por todo el país de Israel? Huiré, pues, de sus dominios.


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