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1 Samuel 12:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Declarad contra mí delante del Señor y de su ungido, si acaso yo he usurpado el buey o el asno u otra cosa de ninguna persona; si he calumniado a nadie, si le he oprimido; si he aceptado cohecho, ni regalo alguno de quienquiera que sea, que hoy os satisfaré, y lo restituiré.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Ahora testifiquen contra mí en presencia del Señor y ante su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un burro? ¿Alguna vez he estafado a alguno de ustedes? ¿Alguna vez los he oprimido? ¿Alguna vez he aceptado soborno o he pervertido la justicia? Díganmelo y corregiré cualquier cosa incorrecta que haya hecho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 digan, pues, y atestigüen ante Yavé y ante su elegido si he tomado el buey o el burro de alguno de ustedes. ¿Le he robado a alguien o lo he maltratado? ¿He aceptado algún regalo para callarme con respecto a la conducta de tal o cual? Estoy listo a devolverlo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Heme aquí: testificad contra mí en presencia de YHVH y en presencia de su ungido: ¿De quién he tomado el buey o de quién he tomado asno? ¿A quién he extorsionado, o a quién he oprimido? ¿De mano de quién he aceptado presente para que mis ojos se cegaran? Y yo restituiré.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Aquí me tenéis. Atestiguad contra mí ante Yahveh y ante su ungido. ¿A quién quité yo el buey o el asno? ¿A quién oprimí? ¿A quién perjudiqué? ¿De quién acepté soborno para cerrar los ojos? Estoy dispuesto a restituiros'.

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1 Samuel 12:3
29 Referans Kwoze  

Pues yo seguí atentamente las sendas del Señor; y no me separé de mi Dios con hechos impíos;


Restituidles el día de hoy sus campos, y sus viñas, y sus olivares, y sus casas; y aun también el uno por ciento mensual del dinero, del vino, del trigo, del aceite que soléis exigirles, condonádselo, o pagadlo vosotros por ellos.


Que no da su dinero a usura, ni se deja cohechar contra el inocente. Quien así se porta, no será conmovido por toda la eternidad.


No codiciarás la casa de tu prójimo; ni desearás su mujer, ni esclavo, ni esclava, ni buey, ni asno, ni cosa alguna de las que le pertenecen.


Si lo que hurtó se hallare vivo en su poder, sea buey, sea asno, o sea oveja, deber restituir el doble.


No recibas regalos, porque deslumbran aun a los prudentes y pervierten las sentencias de los justos.


El que se deja llevar de la avaricia, mete el desorden en su casa; el que aborrece los sobornos, vivirá feliz. Mediante las obras de misericordia y la viva fe se purgan los pecados; y por medio del Señor evitará todo hombre el mal.


convencida del delito, restituirá


por entero, al dueño a quien causó el daño, todo lo que quiso defraudar, y además de eso la quinta parte.


Entonces Moisés sumamente irritado dijo al Señor: No atiendas a sus sacrificios: Tú sabes que ni siquiera un asnillo he tomado jamás de ellos, ni a ninguno he hecho daño.


Y le respondieron: De César. Entonces les replicó: Pues dad a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.


Mas Zaqueo, puesto en presencia del Señor, le dijo: Señor, desde ahora doy yo la mitad de mis bienes a los pobres; y si he defraudado en algo a alguno, le voy a restituir cuatro tantos más.


Yo no he codiciado ni recibido de nadie plata, ni oro, ni vestido, como


He ahí que es ésta la tercera vez que me dispongo para ir a veros, y tampoco os ocasionaré molestia. Porque a vosotros os busco yo, no vuestros bienes; atento a que no son los hijos los que deben atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.


sin inclinarse más a una parte que a otra. No serás aceptador de personas, ni de dádivas, porque las dádivas ciegan los ojos de los sabios, y pervierten los dictámenes de los justos.


Testigos sois vosotros, y también Dios, de cuán santa, y justa, y sin querella alguna fue nuestra mansión entre vosotros, que habéis abrazado la fe,


Porque nunca usamos del lenguaje de adulación, como sabéis, ni de ningún pretexto de avaricia; Dios es testigo de todo esto;


ni porque queréis tener señorío sobre el clero, o la heredad del Señor, sino siendo verdaderamente dechados de la grey;


Entonces sacó Samuel una redomita de óleo o bálsamo, y la derramó sobre la cabeza de Saúl, y lo besó, diciendo: He aquí que el Señor te ha ungido para príncipe sobre su herencia y tú librarás a su pueblo de las manos de sus enemigos que la rodean. Esta señal tendrás de que Dios te ha ungido para príncipe:


A lo que dijeron: No nos has calumniado ni oprimido, ni has tomado de nadie cosa chica ni grande.


Les repuso Samuel: Testigo es el Señor contra vosotros, y testigo su ungido en este día de que no habéis hallado nada que decir contra mi conducta. Respondieron: Testigo.


Y yo me proveeré de un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mi alma; y le fundaré una casa sólida y duradera, y caminará siempre delante de mí ungido.


Observa, pues, ¡oh padre mío!, y reconoce si es la orla de tu clámide o manto la que tengo en mi mano, y cómo al cortar la extremidad de tu vestido no he querido extender mi mano contra ti. Considera ahora tú mismo, y persuádete de que no soy culpable en nada, ni de injusticia, ni de pecado contra ti; tú, por el contrario, andas poniendo asechanzas a mi vida para quitármela.


y dijo a sus compañeros: No permita el Señor que jamás haga yo tal cosa contra mi señor, contra el ungido del Señor, de extender mi mano contra él, siendo como es el ungido del Señor.


Y contuvo David con sus palabras a los suyos, no permitiéndoles que se echasen sobre Saúl. Saliendo, pues, éste de la cueva proseguía el camino comenzado;


líbreme Dios de levantar mi mano contra el ungido del Señor. Ahora, pues, toma la lanza que tiene a su cabecera, y el jarro del agua, y vámonos.


Mas David dijo a Abisai: De ningún modo lo mates; porque, ¿quién podrá alzar, sin pecado, su mano contra el ungido del Señor?


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