Dieron luego aviso al rey David de que el Señor había echado la bendición sobre Obededom y sobre todas sus cosas, por causa del arca de Dios. Fue, pues, David, y trasladó el arca de Dios de la casa de Obededom a la Ciudad de David con gran regocijo; e iban junto a David siete coros de músicos y un becerro para el sacrificio.
Por fin, los sacerdotes colocaron el arca del Señor en el lugar destinado del oráculo del Templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.
Entonces dijo David: No es lícito que el arca de Dios sea llevada por otros que por los de la tribu de Leví, escogidos por el Señor para llevarla, y para ser sus ministros perpetuamente.
Y después que Aarón y sus hijos, al moverse el campamento, hubieran envuelto el santuario y todos sus utensilios, entonces entrarán los hijos de Caat a cargar los fardos, y nunca tocarán los vasos del santuario; de lo contrario morirán. Esta es la incumbencia de los hijos de Caat en el Tabernáculo de la alianza.
Escribió, pues, Moisés esta ley, y se la entregó a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el Arca del Testimonio del Señor, y a todos los ancianos de Israel.
y comenzaron a publicar en alta voz: Luego que viereis moverse el Arca del Testamento del Señor Dios vuestro, y que marchan los sacerdotes del linaje de Leví, que la llevan, levantad también vosotros el campo, y marchad en pos de ellos.
Y a los sacerdotes les dijo: Tomad el Arca del Testamento, e id delante del pueblo. Los cuales haciendo lo que se les mandaba, la tomaron, y se pusieron en marcha delante de ellos.
Levantó también Josué otras doce piedras en medio de la madre del Jordán, donde estuvieron parados los sacerdotes que llevaban el Arca del Testamento, y allí permanecen hasta el día de hoy.
Con esto Josué, hijo de Nun, convocó a los sacerdotes y les dijo: Tomad el Arca del Testamento, y otros siete sacerdotes tomen siete trompetas de las del jubileo, y vayan delante del Arca del Señor.