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1 Reyes 8:23 - Biblia Torres Amat 1825

23 dijo: ¡Oh Señor Dios de Israel!, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en el cielo, ni acá abajo en la tierra; tú guardas el pacto y usas misericordia con tus siervos, que andan en tu presencia con todo su corazón.

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Biblia Reina Valera 1960

23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 y oró: «Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 y dijo: '¡Yavé, Dios de Israel! Ningún dios arriba en los cielos, abajo en la tierra es semejante a ti, porque tú respetas tu Alianza y tu fidelidad para con tus servidores cuando caminan delante de ti con todo su corazón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 dijo: ¡Oh YHVH, Dios de Israel! No hay ’Elohim como Tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra. Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 exclamó: '¡Yahveh, Dios de Israel! No hay Dios semejante a ti, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú, que guardas la alianza y la benignidad para con aquellos siervos tuyos que de todo corazón andan en tu presencia;

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1 Reyes 8:23
27 Referans Kwoze  

Mas después que hubo entrado en los noventa y nueve años, le apareció el Señor, y le dijo: Yo soy el Dios todopoderoso: camina como siervo fiel delante de mí, y sé perfecto.


Y erigido allí un altar, invocó delante de él al fortísimo Dios de Israel.


En lo cual, ¡oh Señor Dios mío! has ostentado tu grandeza; que nadie hay semejante a ti, ni hay Dios fuera de ti, según todas las cosas que hemos oído con nuestros mismos oídos.


De esta manera el Señor confirmará las palabras que me dio, diciendo: Si tus hijos procedieren bien, y anduvieren en mi presencia, siguiendo la verdad con todo su corazón y con toda su alma, ocupará siempre alguno de tu linaje el trono de Israel.


Respondió Salomón : Tú usaste de gran misericordia con tu siervo David, mi padre; así como él anduvo en tu presencia con verdad, y justicia, y rectitud de corazón para contigo; tú le conservaste tu gran misericordia, y le diste un hijo que se sentase sobre su trono, según que hoy se verifica.


En esta casa que tú has edificado (si tú siguieres mis preceptos, y practicares mis determinaciones, y guardares todos mis mandamientos, sin desviarte de ellos), verificaré en ti la promesa que hice a David, tu padre;


Tú has cumplido a tu siervo David, mi padre, la palabra que le diste; la pronunció tu boca, y la ejecutaron tus manos, como lo acredita este día.


¡Ah Señor!, acuérdate, te suplico, que yo he andado delante de ti con sinceridad y rectitud de corazón, haciendo lo que es agradable a tus ojos. Y derramó Ezequías abundancia de lágrimas.


¿Quién de entre vosotros pertenece a su pueblo? Su Dios sea con él. Vaya a Jerusalén , ciudad de la Judea, y edifique la casa del Señor Dios de Israel. El Dios verdadero es aquel que está en Jerusalén .


y decía: Te suplico, Señor Dios del cielo, el fuerte, grande y terrible, que guardas el pacto y la misericordia con aquellos que te aman y observan tus mandamientos.


Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no apartes los ojos, compadécete de todos los trabajos que han llovido sobre nosotros, sobre nuestros reyes, y nuestros príncipes, y nuestros sacerdotes, y nuestros profetas, y nuestros padres, y sobre tu pueblo todo, desde el tiempo del rey de Asiria, que nos llevó cautivos, hasta el día de hoy.


¿Quién como el Señor nuestro Dios? El tiene su morada en las alturas,


De todas las coyunturas de mis huesos saldrán voces que digan: ¡Oh Señor!, ¿quién hay semejante a ti, que libras al desvalido de las manos de los que pueden más que él, al necesitado y al pobre de los que lo despojan?


Ninguno hay entre los dioses que pueda, ¡oh Señor!, parangonarse contigo; ninguno que pueda imitar tus obras.


¿Quién hay entre los fuertes a ti semejante, oh Señor? ¿Quién hay semejante a ti, tan grande en santidad, terrible y digno de alabanza, y obrador de prodigios?


Dijo de nuevo Dios a Moisés: Esto dirás a los hijos de Israel: El Señor Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob , me ha enviado a vosotros. Este nombre tengo yo eternamente, y con éste se hará memoria de mí en toda la serie de las generaciones.


¿Por ventura la imagen o el ídolo no es obra de un fundidor?, ¿no es el platero de oro el que la ha formado de este metal, o de láminas de plata el platero?


Alzad hacia lo alto vuestros ojos, y considerad quién creó esos cuerpos celestes; quién hace marchar ordenadamente aquel ejército de estrellas, y llama a cada una de ellas por su nombre, sin que ninguna se quede atrás; tal es la grandeza de su poder, de su fortaleza y de su virtud.


No, no es como estas estatuas aquel Señor, que es la suerte que cupo a Jacob ; pues él es el autor de todo lo creado, y es Israel la porción de su herencia; su nombre es Señor de los ejérci-tos.


¡Oh Señor!, no hay nadie semejante a ti. Grande eres tú, y grande es el poder de tu Nombre.


Haciendo, pues, oración al Señor Dios mío, y tributándole mis alabanzas, dije: Dígnate escucharme, ¡oh Señor, Dios grande y terrible, que eres fiel en cumplir tu alianza y misericordia con los que te aman, y observan tus mandamientos!


ejerciendo su misericordia con nuestros padres, y teniendo presente su alianza santa,


Si después de oídas estas leyes las guardares y cumplieres, también el Señor Dios tuyo te guardará el pacto y la misericordia que juró a tus padres;


Por donde conocerás que el Señor Dios tuyo, él mismo es el Dios fuerte y fiel que guarda el pacto y conserva su misericordia por mil generaciones para con aquellos que lo aman y observan sus mandamientos;


Nadie es santo, como lo es el Señor; no hay otro Dios fuera de ti; ninguno es fuerte como nuestro Dios.


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