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1 Reyes 3:13 - Biblia Torres Amat 1825

13 Pero aun esto que no has pedido, te lo daré, es a saber, riquezas y gloria; de manera que no haya habido en todos los tiempos pasados ningún rey que te iguale.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Además, te daré lo que no me pediste: riquezas y fama. Ningún otro rey del mundo se comparará a ti por el resto de tu vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Y además te daré lo que tú no has pedido: tendrás riquezas y gloria más que ningún otro rey de la tierra durante tu vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y también te concedo lo que no has pedido, así riquezas como honores, de modo que no habrá entre los reyes hombre como tú en todos tus días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Y te concedo, además, lo que no me has pedido: riquezas y gloria tales que no habrá ningún rey como tú mientras vivas.

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1 Reyes 3:13
14 Referans Kwoze  

Era la cantidad de oro que cada año percibía Salomón de seiscientos sesenta y seis talentos de oro,


Y el Señor ensalzó a Salomón sobre todo Israel; y lo colmó de tanta gloria en el reino, cual no la tuvo antes de él ningún rey de Israel.


Salomón , pues, sobrepujó a todos los reyes de la tierra en riquezas y en gloria;


¿No pecó en esto mismo Salomón , rey de Israel? Y ciertamente que entre las muchas naciones no había rey semejante a él; y era el querido de su Dios, y Dios le constituyó rey sobre todo Israel; pues aun a éste le arrastraron al pecado las mujeres extranjeras.


En su mano derecha trae la larga vida, y las riquezas y la gloria a su izquierda.


Añadirá adornos graciosos a tu cabeza, y ceñirá tus sienes con esclarecida diadema.


un hombre a quien Dios ha dado riquezas, y haciendas, y honores, sin que le falte cosa de cuantas desea su alma; mas Dios no le da facultad para disfrutar de ellas; sino que abandonándolo a la avaricia, otro hombre extraño lo ha de devorar todo; vanidad es ésta y miseria muy grande.


Así que buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura.


El que ni a su propio Hijo perdonó, sino que le entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo después de habérnosle dado a él, dejará de darnos cualquier otra cosa?


Y en fin, a aquel Señor que es poderoso para hacer infinitamente más que todo lo que nosotros pedimos, o de todo cuanto pensamos, según el poder que obra eficazmente en nosotros,


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