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1 Reyes 2:29 - Biblia Torres Amat 1825

29 Le dieron cuenta al rey Salomón de que Joab se había refugiado al Tabernáculo del Señor, y de que estaba al lado del altar; y envió Salomón a Banaías, hijo de Joíada, diciendo: Anda, ve, y mátale.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Y se le hizo saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Cuando se lo informaron al rey, Salomón mandó a Benaía, hijo de Joiada, a ejecutarlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Avisaron al rey Salomón que Joab se había refugiado al lado del altar en la Tienda de Yavé. Salomón mandó decir a Joab: '¿Por qué te refugiaste junto al altar?' Joab le dijo: 'Tuve miedo de ti y me refugié al lado de Yavé'. Entonces Salomón mandó a Banaías, hijo de Yoyada, con esta orden: 'Ve y mátalo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Y se dio aviso al rey Salomón: Joab ha huido al Tabernáculo de YHVH y he aquí está junto al altar. Entonces Salomón envió a Benaías ben Joiada, diciendo: ¡Anda, arremete contra él!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Comunicaron al rey Salomón que Joab se había refugiado en la tienda de Yahveh y que estaba junto al altar. Y Salomón envió a Benaías, hijo de Joadá, con esta orden: '¡Ve y mátalo!'.

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1 Reyes 2:29
9 Referans Kwoze  

Banaías, hijo de Joíada, era capitán de los cereteos y feleteos. Pero los hijos de David eran los primeros después del rey.


En seguida dio sus órdenes a Banaías, hijo de Joíada, el cual le quitó la vida. Así murió Adonías.


Fue, pues, Banaías al Tabernáculo del Señor, y dijo a Joab: El rey te manda que salgas fuera. No saldré, respondió Joab; sino que moriré aquí. Dio Banaías parte al rey, diciendo: Esto me ha dicho Joab, y esto me ha respondido.


Y el rey le contestó: Hazlo como él ha dicho; mátale y dale sepultura; y con eso me lavarás a mí y a la casa de mi padre de la sangre inocente que derramó Joab.


En seguida dio el rey sus órdenes a Banaías, hijo de Joíada, el cual saliendo afuera lo hirió, y le dejó muerto.


Al que de caso pensado y a traición matare a su prójimo, le arrancarás hasta de mi altar, para que muera.


Al hombre que, valiéndose de calumnias, derrama la sangre de una persona, aunque huyendo llegare hasta el borde de un abismo, nadie acudirá a detenerlo.


Matad al anciano, al jovencito, y a la doncella, y a los niños, y a las mujeres, hasta que no quede nadie; pero no matéis a ninguno en quien viereis la Tau; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, por aquellos ancianos que estaban delante del templo.


Que si el justo a duras penas se salvará, ¿a dónde irán el impío y el pecador?


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