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1 Reyes 19:11 - Biblia Torres Amat 1825

11 Le dijo el Señor: Sal fuera, y ponte sobre el monte en presencia del Señor, y he aquí que pasará el Señor, y delante de él correrá un viento fuerte e impetuoso, capaz de trastornar los montes y quebrantar las peñas; no está el Señor en el viento. Después del viento vendrá un temblor de tierra; tampoco está el Señor en el terremoto.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 El Señor le dijo: —Sal y ponte de pie delante de mí, en la montaña. Mientras Elías estaba de pie allí, el Señor pasó, y un viento fuerte e impetuoso azotó la montaña. La ráfaga fue tan tremenda que las rocas se aflojaron, pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé le respondió: 'Sal fuera y quédate en el monte delante de Yavé'. Y Yavé pasa. Un viento fuerte y violento pasa delante de Yavé, hiende los montes y parte las rocas, pero Yavé no está en el viento. Después del viento viene un terremoto, pero Yavé no está en el terremoto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y Él dijo: Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante de YHVH. Y he aquí que YHVH pasaba: y un grande y poderoso viento destrozaba las montañas y rompía las peñas delante de YHVH, pero YHVH no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero YHVH no estaba en el terremoto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Le dijo Yahveh: 'Sal y ponte en pie en el monte ante Yahveh'. Pasó entonces Yahveh, mientras soplaba un viento huracanado que hendía los montes y quebraba las peñas ante Yahveh; pero no estaba Yahveh en el huracán. Después del huracán hubo un terremoto; pero no estaba Yahveh en el terremoto.

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1 Reyes 19:11
31 Referans Kwoze  

Entonces el Señor desde un torbellino habló a Job, diciendo:


Vendrá Dios manifiestamente; vendrá nuestro Dios, y no callará. Llevará delante de sí un fuego devorador; alrededor de él una tempestad horrorosa.


la tierra tembló, y hasta los cielos destilaron a la presencia de Dios; en el Sinaí tembló a la presencia del Dios de Israel.


¡Oh Dios! tú distribuirás una lluvia abundante y apacible a tu heredad; ella se ha visto afligida, pero tú la has recreado.


Ya que era venido el día tercero y rayaba el alba, de repente principiaron a oírse truenos, y a relucir los relámpagos, y se cubrió el monte de una densísima nube, y el sonido de la bocina resonaba con grandísimo estruendo; con lo que se atemorizó el pueblo, que estaba dentro de los campamentos.


Descendió el Señor sobre el monte Sinaí , en la cima misma del monte, y llamó a Moisés a aquella cumbre. A donde habiendo subido,


Entretanto todo el pueblo oía las voces o truenos, y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y veía el monte humeando; de lo cual aterrados y despavoridos, se mantuvieron a lo lejos,


Mas dijo Dios a Moisés: Sube a lo alto del monte en donde estoy y detente allí, y te daré unas tablas de piedra con la ley y los mandamientos que tengo escritos en ellas, a fin de que los enseñes al pueblo.


Y habiendo entrado Moisés en medio de aquella niebla, subió a la cima del monte, en donde estuvo cuarenta días y cuarenta noches.


Prepárate para mañana a subir luego al monte Sinaí , y estarás conmigo sobre la cima del monte.


El cual, pasando por delante de él, dijo: Soberano Dominador, Señor Dios, misericordioso y clemente, sufrido y piadosísimo, y verídico,


Porque a la voz del Señor quedará temblando el asirio, herido con la vara de la divina venganza,


Y miré, y he aquí que venía del norte un torbellino de viento, y una gran nube, y un fuego que se revolvía dentro de la nube, y un resplandor alrededor de ella; y en su centro, esto es, en medio del fuego, una imagen de un personaje, tan brillante como de ámbar.


Y profeticé como me lo había mandado; y mientras yo profetizaba se oyó un ruido, y he aquí una conmoción grande, y se unieron huesos a huesos, cada uno por su propia coyuntura.


El Señor es misericordioso y de gran poder; ni porque sufra tendrá a nadie por limpio e inocente. El Señor marcha entre tempestades y torbellinos, y debajo de sus pies se levantan nubes de polvo.


Y vosotros huiréis al valle de aquellos montes, pues el valle de aquellos montes estará contiguo al monte vecino, y huiréis al modo que huisteis por miedo del terremoto en los tiempos de Ozías, rey de Judá. Y vendrá el Señor mi Dios; y con él todos los santos.


Entonces me respondió él, y me dijo: Esta es la palabra que el señor dice a Zorobabel: No ha de ser por medio de un ejército, ni con la fuerza, sino por la virtud de mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos.


Es verdad que se armará nación contra nación, y un reino contra otro reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en varios lugares.


A este tiempo se sintió un gran terremoto; porque bajó del cielo un ángel del Señor, y acercándose al sepulcro removió la piedra, y se sentó encima.


Mas con decir: Una vez todavía, declara el cambio de las cosas movibles o instables como cosas hechas sólo para algún tiempo, a fin de que permanezcan aquellas que son inconmovibles.


En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.


Y siguieron relámpagos, y voces, y truenos, y se sintió un gran terremoto, tal y tan grande, como nunca hubo desde que hay hombres sobre la tierra.


Después vi un gran solio reluciente, y a uno, esto es, a Jesucristo, sentado en él, a cuya vista desapareció la tierra, y el cielo, y no quedó nada de ellos.


Se esparció luego un terror por todos los campamentos de los filisteos y demás tropa que estaba en la campaña; pues aún toda la tropa de aquellas bandas, que habían salido al pillaje, se llenó de pavor, y se conmovió el país; y el suceso fue como un milagro de Dios.


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