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1 Reyes 18:2 - Biblia Torres Amat 1825

2 Partió, pues, Elías a presentarse a Acab. Entretanto el hambre era extrema en Samaria.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab. Y el hambre era grave en Samaria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Entonces Elías fue a ver al rey Acab. Mientras tanto, el hambre se hizo muy intensa en Samaria.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Partió pues Elías para presentarse ante Ajab. El hambre era terrible en Samaría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y fue Elías a presentarse ante Acab. Y la hambruna era aguda en Samaria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Fue, pues, Elías a presentarse a Ajab. El hambre arreciaba en Samaría.

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1 Reyes 18:2
16 Referans Kwoze  

Mucho tiempo después habló el Señor a Elías en el tercer año del hambre, diciendo: Anda y preséntate a Acab; porque quiero enviar lluvias a la tierra.


Y Acab llamó a Abdías, mayordomo de su palacio. (Era Abdías muy temeroso de Dios;


Por tanto, esto dice el Señor: De la cama en que te has acostado no te levantarás, sino que morirás infaliblemente. Dicho esto, se marchó Elías.


Y padeció Samaria una gran hambre; y duró tanto el sitio, que llegó a venderse la cabeza de un asno en ochenta monedas de plata, y un cuartillo de cebollas silvestres, en cinco monedas de plata.


El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién he de temer yo? El Señor es el defensor de mi vida: ¿quién me hará temblar?


contra ti solo he pecado; y he cometido la maldad delante de tus ojos) a fin de que perdonándome, aparezca justo cuando hables, y quedes victorioso en los juicios que de ti se formen.


Todo el día están abominando de mis cosas; todos sus pensamientos se dirigen a hacerme algún daño.


Huye el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo se mantiene a pie firme como el león, sin asustarse de nada.


Yo, yo mismo os consolaré. ¿Quién eres tú que tanto temes a un hombre mortal y al hi-jo del hombre que como el heno ha de secarse?


Si salgo al campo, yo no veo sino cadáveres de gente pasada a cuchillo; si entro en la ciudad, he aquí la población transida de hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes son conducidos cautivos a un país desconocido.


Se irá en humo todo vuestro trabajo; la tierra no producirá su esquilmo, y los árboles no darán frutos.


después que yo os hubiere quitado el apoyo del pan que es vuestro sustento; en tal extremo, que diez mujeres cocerán panes en un solo horno y darán a sus hijos el pan por onzas; y comeréis y nunca os saciaréis.


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