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1 Reyes 17:18 - Biblia Torres Amat 1825

18 Por lo cual dijo a Elías: ¿Qué te he hecho yo, oh varón de Dios? ¿Has entrado en mi casa para renovar la memoria de mis pecados, y en castigo de ellos hacer morir a mi hijo.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Entonces ella le dijo a Elías: —¡Ay, hombre de Dios! ¿Qué me ha hecho usted? ¿Ha venido aquí para señalarme mis pecados y matar a mi hijo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Entonces ella dijo a Elías: '¿Por qué te has metido en mi vida, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa para poner delante de Dios todas mis faltas y para hacer morir a mi hijo?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo que ver contigo, varón de Dios? ¿Has venido aquí a recordarme mis pecados y hacer morir a mi hijo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Ella dijo entonces a Elías: '¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has venido a mi para recordar mis culpas y hacer morir a mi hijo?'.

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1 Reyes 17:18
29 Referans Kwoze  

Al cual contestó Judá: ¿Qué responderemos a mi señor?; ¿o qué hablaremos, ni de qué modo podremos justificarnos? Dios ha manifestado la ocasión de castigar la iniquidad de tus siervos; esclavos somos todos ya de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder se ha encontrado la copa.


Y como después de su muerte anduviesen temerosos los hermanos y diciéndose unos a otros: ¿Quién sabe si se acordará José de la injuria que padeció, y nos retornará todo el mal que le hicimos?


que te dijésemos estas palabras en su nombre: Te ruego que te olvides de la maldad de tus hermanos, y del pecado, y de la malicia que contra ti usaron. Nosotros también te suplicamos que perdones esta maldad a los siervos del Dios de tu padre. Oyendo José estas razones, prorrumpió en llanto.


Mas el rey le replicó: ¿Qué tengo yo con vosotros, oh hijos de Sarvia? Dejadlo maldecir; pues el Señor ha dispuesto que maldiga a David. ¿Y quién osará preguntarle por qué lo ha dispuesto así?


Mas David dijo: ¿Qué tengo yo que hacer con vosotros, oh hijos de Sarvia? ¿Por qué hacéis hoy conmigo el oficio de diablos o tentadores? ¿Es hoy día de hacer morir a un hijo de Israel? ¿Puedo acaso olvidar que en este día he sido hecho nuevamente rey de Israel?


Pero el Señor dirigió su palabra a Semeías, varón de Dios, diciendo:


Mas he aquí que mientras Jeroboam estaba en el altar y echaba el incienso, llegó de Judá a Betel por orden del Señor un varón de Dios,


Sucedió después que enfermó el hijo de aquella mujer dueña de la casa, y la enfermedad era mortal, de suerte que quedó sin respiración alguna.


Le respondió Elías: Dame tu hijo. Y tomándole de su regazo, lo llevó al aposento de arriba, donde estaba hospedado, y lo puso sobre su cama.


Replicó Abdías: ¿En qué he pecado yo, que me entregas a mí, siervo tuyo, en manos de Acab, para que me haga morir?


Entonces un varón de Dios vino a encontrar al rey de Israel, y le dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto han dicho los siros: El Señor es Dios de los montes y no es Dios de los valles, por lo mismo yo entregaré en tu mano toda esa gran muchedumbre; con lo que acabaréis de conocer que yo soy el Señor.


Y destacó un capitán de cincuenta soldados, con los cincuenta que le estaban subordinados; el cual salió en busca de él; y hallándolo sentado en la cima del monte, le dijo: Varón de Dios, el rey ha mandado que bajes de ahí.


Mas Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tienes tú que ver conmigo? Anda, ve a los profetas de tu padre y de tu madre. Le dijo el rey de Israel: ¿Por qué habrá juntado el Señor estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab?


Pero Necao envió a decirle por sus embajadores: ¿Qué motivo hay de disensión entre nosotros dos, oh rey de Judá? Yo no vengo ahora a pelear contra ti, sino contra otra casa, contra la cual Dios me ha mandado salir a toda prisa; deja, pues, de oponerte a Dios, el cual está conmigo; no sea que el Señor te quite la vida.


Muéstrame, Señor, cuántas maldades y pecados tengo; cuáles son mis crímenes y delitos.


puesto que decretas contra mí tan amargas penas, y quieres consumirme por los pecados de mi mocedad.


la llevará delante del sacerdote, y ofrecerá por ella en oblación la décima parte de un saco de harina de cebada, sin verter aceite encima, ni poner incienso; porque es éste un sacrificio por celos y ofrenda para descubrir un adulterio.


Y luego empezaron a gritar, diciendo: ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, oh Jesús , Hijo de Dios? ¿Has venido acá a atormentarnos antes de tiempo?


Y clamando en alta voz dijo: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús , Hijo del Altísimo Dios? En nombre del mismo Dios te conjuro que no me atormentes.


Mas Herodes , habiendo oído esto, dijo: Este es aquel Juan a quien yo mandé cortar la cabeza, el cual ha resucitado de entre los muertos.


diciendo: Déjanos en paz, ¿qué tenemos nosotros que ver contigo, oh Jesús Nazareno? ¿Has venido a exterminarnos? Ya sé quién eres, eres el Santo de Dios.


Lo que viendo Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús , diciendo: Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.


Este, pues, así que vio a Jesús , se arrojó a sus pies, y le dijo a grandes gritos: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús , Hijo del Dios altísimo? Te ruego que no me atormentes.


Le respondió Jesús : Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Aún no es llegada mi hora.


Ella fue a contárselo a su marido, diciendo: Un varón de Dios ha venido a mí, el cual tenía rostro de ángel, sumamente respetable, a quien preguntando yo quién era, de dónde venía, y cómo se llamaba, no ha querido decírmelo;


Lo hizo, pues, Samuel como el Señor le había mandado. Fue a Betlehem, y lo extrañaron los ancianos de la ciudad; y saliéndole a recibir, le dijeron: ¿Es de paz tu venida?


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