1 Pedro 3:12 - Biblia Torres Amat 1825

¹² ¿Y quién hay que pueda dañaros, si no pensáis más que en obrar bien?

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹² Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo».

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Porque el Señor tiene los ojos puestos sobre los justos y los oídos atentos a sus peticiones; mas el Señor se opone a los que hacen el mal.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos hacia su oración, Pero el rostro° del Señor está contra los que hacen cosas malas.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Porque los ojos del Señor están sobre los justos; y sus oídos, atentos a su clamor. Pero el Señor se enfrenta con los que hacen el mal.

1 Pedro 3:12 Referans Kwoze

2 Crónicas 16:9

Ello es así que los ojos del Señor están contemplando a los que creen en él con perfecto corazón. Luego tú has procedido neciamente; y por eso desde aquí adelante se levantarán guerras contra ti.

2 Crónicas 7:15

Y mis ojos estarán abiertos, y atentos mis oídos a la oración del que me invocare en este lugar.

Salmos 11:4

Pero el Señor está en su santo templo, el Señor tiene su trono en el cielo. Sus ojos están mirando al pobre; sus párpados están examinando a los hijos de los hombres.

Salmos 33:18

He aquí los ojos del Señor puestos en los que le temen, y en los que confían en su misericordia;

Salmos 65:2

Oye benigno mi oración. A ti vendrán todos los mortales.

Salmos 80:16

Ella ha sido entregada a las llamas y desarraigada; mas con un ceño de tu semblante perecerán todos tus enemigos.

Proverbios 15:29

Lejos está el Señor de oír a los impíos; pero serán oídas las oraciones de los justos.

Proverbios 15:3

En todo lugar están los ojos del Señor contemplando a los buenos y a los malos.

Proverbios 15:8

Detesta el Señor las víctimas de los impíos; lo aplacan los votos de los justos.

Jeremías 21:10

Por cuanto yo tengo fijados los ojos sobre esta ciudad, dice el Señor, no para hacerle bien, sino mal; yo la entregaré en poder del rey de Babilonia, el cual la entregará a las llamas.

Jeremías 39:12

Encárgate de ese hombre, trátale con distinción, y no le hagas ningún daño, antes bien concédele cuanto quiera.

Ezequiel 15:7

Yo los miraré con semblante airado; saldrán de un fuego, y otro fuego los consumirá; y conoceréis que yo soy el Señor cuando volviere mi rostro contra ellos,

Levítico 17:10

Si algún hombre de la casa de Israel y de los forasteros habitantes entre ellos, comiere sangre, yo fijaré sobre él mi rostro airado, y le exterminaré de la sociedad de su pueblo.

Levítico 20:3

Y yo mostraré mi saña contra él y le arrancaré de en medio de su pueblo, por haber dado hijos suyos a Moloc, y profanado mi santuario, y menospreciado mi santo nombre.

Levítico 20:6

La persona que se desviare de mí para ir a consultar a los magos y adivinos, y se abandonare a ellos, yo mostraré mi saña contra ella y la exterminaré de en medio de su pueblo.

Levítico 26:17

Os dirigiré una mirada con rostro airado, y caeréis a los pies de vuestros enemigos, y quedaréis sujetos a los que os aborrecen: os entregaréis a la fuga sin que nadie os persiga.

Zacarías 4:10

Porque ¿quién es el que hacía poco caso de los cortos progresos en los primeros días? Pues éste tal se alegrará y verá la piedra de plomo o la plomada en la mano de Zorobabel. Estos (las siete luces), son los siete ojos del Señor, que recorren toda la tierra.

Juan 9:31

Lo que sabemos es que Dios no oye a los pecadores; sino que aquel que honra a Dios y hace su voluntad, éste es a quien Dios oye.

Deuteronomio 11:12

la cual Dios vuestro Señor siempre visita con oportunos temporales, teniendo puestos sus ojos en ella desde el principio del año hasta su fin.

Santiago 5:16

Elías era un hombre pasible semejante a nosotros, y pidió fervorosamente que no lloviese sobre la tierra de Israel, y no llovió por espacio de tres años y seis meses.