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1 Pedro 2:22 - Biblia Torres Amat 1825

22 quien cuando le maldecían, no retornaba maldiciones; cuando le atormentaban, no prorrumpía en amenazas; antes se ponía en manos de aquel que le sentenciaba injustamente.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Él nunca pecó y jamás engañó a nadie.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 El no cometió pecado ni en su boca se encontró engaño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 El cual no hizo pecado, ni fue hallado engaño en su boca;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Él no cometió pecado, ni en su boca se encontró engaño alguno.

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1 Pedro 2:22
16 Referans Kwoze  

Pues para esto guarda pura tu lengua de todo mal, y no profieran tus labios ningún embuste.


Y en recompensa de bajar al sepulcro le concederá Dios la conversión de los impíos; tendrá por precio de su muerte al hombre rico; porque él no cometió pecado, ni hubo dolo en sus palabras.


Y estando él sentado en su tribunal, le envío a decir su mujer: No te mezcles en las cosas de ese justo, porque son muchas las congojas que hoy he padecido en sueños por su causa.


Diciendo: Yo he pecado, pues he vendido la sangre inocente. A lo que dijeron ellos: A nosotros ¿qué nos importa? ¡Tú verás!


Y nosotros a la verdad estamos en él justamente, pues pagamos la pena merecida por nuestros delitos; pero éste ningún mal ha hecho.


Así que vio el centurión lo que acababa de suceder, glorificó a Dios diciendo: Verdaderamente era éste un hombre justo.


Vio ¿Jesús venir hacia sí a Natanael, y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien ni hay doblez ni engaño.


¿Quién de vosotros me convencerá de pecado? Pues si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis?


El cual por amor de nosotros ha tratado a aquel que no conocía al pecado, como si hubiese sido el pecado mismo, con el fin de que nosotros viniésemos a ser en él justos con la justicia de Dios.


Lleguémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, a fin de alcanzar misericordia, y hallar el auxilio de la gracia para ser socorridos a tiempo oportuno.


Porque no teniendo la ley más que la sombra de los bienes futuros, y no la realidad misma de las cosas, no puede jamás por medio de las mismas víctimas, que no cesan de ofrecerse todos los años, hacer justos y perfectos a los que se acercan al altar y sacrifican;


Y él mismo es la víctima de propiciación por nuestros pecados; y no tan sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.


Todo aquel que permanece en él, no peca; y cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.


ni se halló mentira en su boca; porque están sin mancha ante el trono de Dios.


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