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1 Corintios 4:5 - Biblia Torres Amat 1825

5 Por tanto, no queráis sentenciar antes de tiempo, suspended vuestro juicio hasta tanto que venga el Señor, el cual sacará a plena luz lo que está en los escondrijos de las tinieblas, y descubrirá en aquel día las intenciones de los corazones; y entonces cada cual será de Dios alabado según merezca.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Así que no juzguen a nadie antes de tiempo, es decir, antes de que el Señor vuelva. Pues él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que le corresponda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. El sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual sí sacará a luz lo oculto de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones: entonces la alabanza le vendrá a cada uno de parte de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor. Él iluminará lo que las tinieblas ocultan y pondrá al descubierto los designios del corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merece.

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1 Corintios 4:5
48 Referans Kwoze  

El descubre lo que está en lo más profundo de las tinieblas, y saca a la luz la sombra misma de la muerte.


Por su doctrina se dará a conocer el hombre; pero el vano y sin cordura será objeto de desprecio.


Gózate, pues, ¡oh joven disoluto!, en tu mocedad; disfrute de los bienes tu alma en los floridos días de tu juventud; sigue las inclinaciones de tu corazón y lo que agrada a tus ojos; pero sábete que de todas esas cosas te pedirá Dios cuenta en el día en que te juzgue.


y acordémonos que hará Dios dar cuenta en su juicio de todas las faltas y de todo el bien y el mal que se habrá hecho.


Porque mis ojos están observando todos sus pasos; no se oculta ninguno a mis miradas; como no hubo maldad suya oculta a mi vista.


He oído lo que andan diciendo aquellos profetas que en mi Nombre profetizan la mentira: He soñado, dicen, he tenido un sueño profético.


Ofrecerán hostias, inmolarán víctimas para el sacrificio, de las cuales comerán; mas el Señor no las aceptará, antes bien se acordará ahora de las maldades de ellos, y castigará sus pecados; entonces se acogerán a Egipto.


Y vosotros cambiaréis entonces de parecer, y conoceréis la diferencia que hay entre el justo y el impío, y entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.


Pero por eso no les tengáis miedo, porque nada está encubierto que no se haya de descubrir, ni oculto que no se haya de saber.


Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, a cuya vista todos los pueblos de la tierra prorrumpirán en llantos; y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes resplandecientes del cielo con gran poder y majestad;


Bienaventurado el siervo, a quien cuando venga su Señor le hallare cumpliendo así con su obligación.


Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno, siervo diligente y leal; ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho; ven a tomar parte en el gozo de tu señor.


Le dijo su amo: ¡Muy bien, siervo bueno y fiel!, pues has sido fiel en pocas cosas, yo te confiaré muchas más; ven a participar del gozo de tu señor.


No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados. Perdonad, y seréis perdonados.


Le respondió Jesús : Si yo quiero que así se quede hasta mi venida, ¿a ti qué te importa? Tú sígueme a mí.


Y de aquí se originó la voz que corrió entre los hermanos, de que este discípulo no moriría. Mas no le dijo Jesús : No morirá, sino: Si yo quiero que así se quede hasta mi venida, ¿a ti qué te importa?


Y ¿cómo es posible que me recibáis y creáis vosotros que andáis mendigando alabanzas unos de otros y no procuráis aquella gloria que sólo de Dios procede?


¿Quién eres tú para juzgar al que es siervo de otro? Si cae, o si se mantiene firme, esto pertenece a su amo; pero firme se mantendrá, pues poderoso es Dios para sostenerlo.


Por donde tú eres inexcusable, ¡oh hombre, quienquiera que seas!, que te metes a condenar a los demás. Pues en lo que condenas a otro te condenas a ti mismo, haciendo como haces tú, ¡oh judío!, aquellas mismas cosas que condenas.


como se verá en aquel día, en que Dios juzgará los secretos de los hombres, por medio de Jesucristo, según la doctrina de la buena nueva que predico.


sino que el verdadero judío es aquel que lo es en su interior, así como la verdadera circuncisión es la del corazón que se hace según el espíritu, y no según la letra de la ley; y este verdadero judío recibe su alabanza, no de los hombres, sino de Dios.


dando la vida eterna a los que, por medio de la perseverancia en las buenas obras, aspiran a la gloria, al honor y a la inmortalidad,


de manera que nada os falte de gracia alguna, a vosotros que estáis esperando la manifestación de Jesucristo nuestro Señor,


Pero si no obstante estas razones, alguno se muestra terco, le diremos que nosotros no tenemos esa costumbre, ni la Iglesia de Dios.


Pues todas las veces que comiereis este pan y bebiereis este cáliz, anunciaréis la muerte del Señor hasta que venga.


Cada uno por su orden Cristo el primero; después los que son de Cristo y que han creído en su venida.


sepa que la obra de cada uno ha de manifestarse. Por cuanto el día del Señor la descubrirá, como quiera que se ha de manifestar por medio del fuego; y el fuego mostrará cuál es la obra de cada uno.


Si la obra de uno sobrepuesta subsistiere sin quemarse, recibirá la paga.


Tanto el que planta, como el que riega, viene a ser una misma cosa. Pero cada uno recibirá su propio salario a medida de su trabajo.


Pues no es aprobado quien se abona a sí mismo; sino aquel a quien Dios abona o alaba.


pero me abstengo, porque no parezca que pretendo aterraros con mis cartas,


antes bien desechamos lejos de nosotros las ocultas infamias o disimulos vergonzosos de los falsos hermanos, no procediendo con artificio, ni alterando la palabra de Dios, sino alegando únicamente en abono nuestro para con todos aquellos que juzguen de nosotros según su conciencia, la sinceridad con que predicamos la verdad delante de Dios.


siendo como es forzoso que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo , para que cada uno reciba el pago debido a las buenas o malas acciones que habrá hecho mientras ha estado revestido de su cuerpo.


Pues cuando los impíos estarán diciendo que hay paz y seguridad, entonces los sobrecogerá de repente la ruina, como el dolor de parto a la que está encinta, sin que puedan evitarla.


Teniendo, pues, por sumo sacerdote a Jesús , Hijo de Dios, que penetró hasta lo más alto del cielo, y nos abrió sus puertas, estemos firmes en la fe que hemos profesado.


Uno solo es el legislador y el juez, que puede salvar y puede perder.


Esperad, pues, también vosotros con paciencia, y esforzad vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.


Tomad, hermanos míos, por ejemplo de paciencia, en los malos sucesos y desastres, a los profetas, que hablaron en el nombre del Señor.


a quien amáis, sin haberle visto; en quien ahora igualmente creéis, aunque no lo veis; mas porque creéis os alegraréis con júbilo indecible y colmado de gloria,


Vosotros igualmente, ¡oh jóvenes!, estad sujetos a los ancianos, o sacerdotes. Todos, en fin, inspiraos recíprocamente y ejercitad la humildad; porque Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes les da su gracia.


Aunque esperamos, conforme a sus promesas, nuevos cielos y nueva tierra, donde habitará eternamente la justicia.


Y es que no saben, porque quieren ignorarlo, que al principio fue creado el cielo por la palabra de Dios, como así mismo la tierra, la cual apareció salida del agua, y subsiste en medio de ella,


a juzgar a todos los hombres, y a argüir a todos los malvados de todas las obras de su impiedad, que impíamente hicieron, y de todas las injuriosas expresiones que profirieron contra Dios los impíos pecadores.


Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin de todas las cosas, dice el Señor Dios, que es, y que era, y que ha de venir, el Todopode-roso.


Y vi a los muertos grandes y pequeños estar delante del trono, y se abrieron los libros de las conciencias, y se abrió también otro libro, que es el de la vida, y fueron juzgados los muertos por las cosas escritas en los libros según sus obras.


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