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1 Corintios 14:3 - Biblia Torres Amat 1825

3 Al paso que el que hace oficio de profeta, habla con los hombres para edificación de ellos, y para exhortarlos y consolarlos.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 En cambio, el que profetiza fortalece a otros, los anima y los consuela.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El que profetiza, en cambio, da a los demás firmeza, aliento y consuelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero el que profetiza, habla a los hombres para edificación y exhortación, y consuelo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres, edifica, exhorta y anima.

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1 Corintios 14:3
42 Referans Kwoze  

Muchas otras cosas además de éstas anunciaba al pueblo en las exhortaciones que le hacía.


Después que se acabó la lectura de la ley y de los profetas, los presidentes de la sinagoga los convidaron, enviándoles a decir: Hermanos, si tenéis alguna cosa de edificación que decir al pueblo, hablad.


para corroborar los ánimos de los discípulos, y exhortarlos a perseverar en la fe, haciéndoles entender que es preciso pasar por medio de muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.


Judas y Silas por su parte, siendo como eran también profetas, consolaron y confortaron con muchísimas reflexiones a los hermanos;


De esta manera José, a quien los apóstoles pusieron el sobrenombre de Bernabé, (esto es, Hijo de consolación o Consolador) que era levita y natural de la isla de Chipre,


La Iglesia entretanto gozaba de paz por toda la Judea, y Galilea, y Samaria, e iba estableciéndose o perfeccionándose, procediendo en el temor del Señor, y llena de los consuelos del Espíritu Santo.


el que ha recibido el don de exhortar, exhorte; el que reparte limosna, que la dé con sencillez; el que preside o gobierna, sea con vigilancia; el que hace obras de misericordia, hágalas con apacibilidad y alegría.


En suma, procuremos las cosas que contribuyen a la paz, y observemos las que pueden servir a nuestra mutua edificación.


Al contrario, cada uno de vosotros procure dar gusto a su prójimo en lo que es bueno y pueda edificarle.


Está bien que todo me sea lícito, mas no todo es de edificación.


Por eso vosotros, ya que sois codiciosos de estos dones espirituales, desead ser enriquecidos con ellos para edificación de la Iglesia.


No es que no sea buena tu acción de gracias, sino que no quedan por ella edificados los otros.


Pues ¿qué es lo que se ha de hacer, hermanos míos? Vedlo aquí: Si cuando os congregáis, uno de vosotros se halla inspirado de Dios para hacer un himno, otro para instruir, éste para revelar alguna cosa de Dios, aquél para hablar lenguas, otro para interpretarlas, hágase todo para edificación de los fieles.


Así podéis profetizar todos uno después de otro, a fin de que todos aprendan, y todos se aprovechen,


Acerca de las cosas o viandas sacrificadas a los ídolos, ya sabemos que todos nosotros tenemos bastante ciencia o conocimientos sobre eso. Mas la ciencia por sí sola hincha; la caridad es la que edifica.


el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que se hallan en cualquier trabajo, con la misma consolación con que nosotros somos consolados por Dios.


Ahora, por el contrario, debéis usar con él de indulgencia y consolarle, porque quizá con la demasiada tristeza no acontezca que ese tal dé al través, y se desespere.


De vuestra boca no salga ningún discurso malo; sino los que sean buenos para edificación de la fe, que den gracia o inspiren piedad a los oyentes.


al cual os he remitido ahí con este mismo fin, para que sepáis lo que es de nosotros, y consuele vuestros corazones.


al cual he enviado a vosotros expresamente para que se informe de vuestras cosas y consuele vuestros corazones,


sabiendo, como sabéis, que nos hemos portado con cada uno de vosotros (a la manera que un padre con sus hijos)


Porque no os hemos predicado ninguna doctrina de error, ni de inmundicia, ni con el designio de engañaros;


Y despachamos a Timoteo, hermano nuestro y ministro de Dios en la predicación de la buena nueva de Jesucristo, para confirmaros y esforzaros en vuestra fe,


Porque ya sabéis qué preceptos os he dado en nombre del Señor Jesús .


Pero en cuanto al tiempo y al momento de esta segunda venida de Jesucristo, no necesitáis, hermanos míos, que os escriba;


Vosotros, hermanos, de vuestra parte no os canséis de hacer bien.


Pues el fin de los mandamientos o de la ley es la caridad que nace de un corazón puro, de una buena conciencia, y de fe no fingida.


No malogres la gracia que tienes por la consagración, la cual se te dio a pesar de tus pocos años en virtud de particular revelación, con la imposición de las manos de los presbíteros.


Si alguno enseña de otra manera, y no abraza las saludables palabras o instrucciones de nuestro Señor Jesucristo, y la doctrina que es conforme a la piedad o religión,


Porque vendrá tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina, sino que, teniendo una comezón extremada de oír doctrinas que lisonjeen sus pasiones, recurrirán a un montón de doctores propios para satisfacer sus desordenados deseos,


Porque aun hay muchos desobedientes, charlatanes y embaucadores, sobre todo de los circuncisos, o judíos convertidos,


Amonéstales que vivan sujetos a los príncipes y potestades, que obedezcan sus órdenes, y que estén prontos para toda obra buena,


En todas cosas muéstrate dechado de buenas obras, en la doctrina, en la pureza de costumbres, en la gravedad de su conducta,


no defraudándolos en nada, sino mostrando en todas las cosas una perfecta lealtad; para que su conducta haga respetar en todo el mundo la doctrina de Dios, salvador nuestro.


Porque si pecamos a sabiendas después de haber reconocido la verdad, ya no nos queda hostia que ofrecer por los pecados,


Sabed que nuestro hermano Timoteo está ya en libertad, con el cual iré a veros.


Puesto que venimos a ser participantes de Cristo , con tal que conservemos inviolablemente hasta el fin el principio del nuevo ser suyo que ha puesto en nosotros.


La Iglesia que, escogida por Dios como vosotros, mora en esta Babilonia, os saluda, y mi hijo Marcos.


manteneos constantes en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para alcanzar la vida eterna.


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