Proverbios 21:27 - La Biblia Textual 3a Edicion

²⁷ Los sacrificios del malvado son abominación, ¡Cuánto más cuando los ofrece con malicia!

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁷ El sacrificio de los impíos es abominación; ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁷ El sacrificio del malvado es detestable, sobre todo cuando lo ofrece con malas intenciones.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁷ Yavé siente horror por el sacrificio de los malvados, sobre todo si ofrecen con una mala intención.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁷ El sacrificio de los malvados es abominable, y más si se ofrece con mala intención.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁷ El sacrificio de los impíos es abominación: ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!

Proverbios 21:27 Referans Kwoze

Proverbios 15:8

Abominación a YHVH es el sacrificio de los impíos, Pero la oración de los rectos es su deleite.

Proverbios 28:9

Al que aparta sus oídos de oír la Ley, Aun su oración le será abominable.

Proverbios 7:14

Prometí sacrificios de paz, Y hoy he cumplido mis votos,

Eclesiastés 5:1

Cuando vayas a la Casa de Dios guarda tu pie, y acércate más para oír, que para ofrecer el sacrificio de los necios, porque no saben que hacen mal.

Isaías 66:3

El que inmola un buey, Es como si matara a un hombre; El que sacrifica un cordero, Es como si degollara a un perro; El que trae ofrenda vegetal, Es como si ofreciera sangre de cerdo; El que invoca y ofrece incienso, Es como si bendijera a un ídolo. Todos ellos escogieron su camino, Y su alma se deleita en sus abominaciones;

Jeremías 6:20

¿Para qué viene a mí este incienso de Sabá, O la caña aromada de países lejanos? Vuestros holocaustos no me son aceptos, Y vuestros sacrificios no me agradan.

Números 16:15

Entonces Moisés se enardeció en gran manera, y dijo a YHVH: No aceptes su ofrenda. Yo no he tomado de ellos ni un asno, y a ninguno de ellos he hecho mal.

Mateo 23:13

Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, porque no entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que tratan de entrar.