Mateo 8:25 - La Biblia Textual 3a Edicion

²⁵ Y acercándose, lo despertaron, diciendo: ¡Señor, salva,° que perecemos!

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁵ Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁵ Los discípulos fueron a despertarlo: —Señor, ¡sálvanos! ¡Nos vamos a ahogar! —gritaron.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁵ Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: '¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!'

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁵ Se le acercaron y lo despertaron, diciendo: '¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!'.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁵ Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.

Mateo 8:25 Referans Kwoze

2 Crónicas 14:11

Y Asa invocó a YHVH su Dios, y dijo: ¡Oh YHVH, no hay otro como Tú para ayudar, tanto al poderoso como al que no tiene fuerza! ¡Ayúdanos, oh YHVH Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu Nombre hemos venido contra esta multitud! Oh YHVH, Tú eres nuestro Dios, ¡no prevalezca contra ti ningún mortal!

2 Crónicas 20:12

¡Oh Dios nuestro! ¿No los castigarás Tú? Porque no hay fuerza en nosotros contra esta gran multitud que viene contra nosotros, ni sabemos qué hacer; por eso volvemos nuestros ojos a ti.

Salmos 10:1

l ¿Por qué estás lejos, oh YHVH, Y te escondes en tiempos de angustia?

Jonás 1:6

Y el patrón de la nave° se le acercó y le dijo: ¿Qué haces dormido? ¡Levántate y clama a tu Dios! Quizás Ha-’Elohim° se fije en nosotros, y no perezcamos.

Mateo 8:2

Y he aquí un leproso, se acercó, y se postraba ante Él diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Mateo 8:24

Y de pronto se levantó en el mar una gran tormenta, tanto que la barca era cubierta por las olas; pero Él dormía.

Mateo 9:18

Mientras Él les hablaba estas cosas, de pronto llegó un principal y° se postraba ante Él, diciendo: Mi hija acaba de morir, pero ven,° pon tu mano sobre ella, y vivirá.

Lucas 8:24

Entonces se acercaron y lo despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro! ¡Perecemos! Y Él despertó y reprendió al viento y a la furia del agua, y cesaron, y sobrevino una calma.°