18 que quemará y consumirá
todos sus matorrales en un solo día.
El esplendor de sus bosques y de sus árboles frutales
se desvanece, se deshace,
y se le va la vida.
Por mano de tus mensajeros has vituperado a Adonay, y has dicho: Con la multitud de mis carros yo he escalado la cima de las montañas, a lo más inaccesible del Líbano, y de allí he cortado los cedros altos y lo mejor de sus cipreses,° y he entrado en su más remoto refugio, en su bosque más frondoso.°
A causa de tu furia contra mí y por cuanto tu soberbia ha subido hasta mis oídos, pondré mi argolla° en tu nariz, y mi brida en tu hocico; y te haré volver por el camino por donde viniste.
Por medio de tus siervos has provocado a Adonay, pues dijiste: Con la multitud de mis carros he subido a las alturas de las montañas, a lo más inaccesible del Líbano. He talado sus más altos cedros y sus mejores cipreses; he llegado hasta el último de sus refugios, hasta lo más denso de su bosque;
Aquel día pondré a los caudillos de Judá como brasero encendido° entre la leña y como antorcha de fuego entre las gavillas, pues devorarán a diestra y a siniestra a todos los pueblos vecinos; y Jerusalem será otra vez habitada en su mismo asiento: en Jerusalem.