7 Y la palabra de Dios crecía,° y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalem, y un gran número de los sacerdotes obedecían a la fe.
7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
7 Así que el mensaje de Dios siguió extendiéndose. El número de creyentes aumentó en gran manera en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes judíos también se convirtieron.
7 La Palabra de Dios se difundía; el número de los discípulos en Jerusalén aumentaba considerablemente, e incluso un buen grupo de sacerdotes había aceptado la fe.
7 La palabra de Dios se propagaba y el número de discípulos se multiplicaba extraordinariamente en Jerusalén, e incluso una gran multitud de sacerdotes abrazaban la fe.
7 Y crecía la palabra de Dios, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; y una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe.
Pero los sacerdotes eran muy pocos, de modo que no podían desollar a tantos animales, por lo cual les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que la labor quedó concluida, y hasta que los demás sacerdotes se hubieron santificado, porque los levitas eran de corazón más dispuesto para santificarse que los propios sacerdotes.
porque Ezequías rey de Judá ofreció a la congregación mil novillos y siete mil ovejas, y los príncipes ofrecieron a la asamblea mil novillos y diez mil ovejas, y gran número de sacerdotes se santificaron.
Y Simeón los bendijo, y dijo a su madre Miriam: He aquí, Éste está puesto para caída y levantamiento de muchos en Israel, y para señal que es contradicha
fortaleciendo los ánimos de los discípulos; y exhortándolos a permanecer en la fe, les decían: Es necesario que entremos en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones.
y ellos, al oírlo, glorificaron a Dios. Luego le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares hay entre los judíos que han creído, pero todos son celosos observantes de la ley;
En aquellos días, habiéndose multiplicado el número de los discípulos, hubo murmuración de los helenistas° contra los hebreos, porque sus viudas° eran desatendidas en el servicio diario.°
pero que ahora ha sido manifestado, y por medio de las Escrituras Proféticas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,
el cual ha llegado° a vosotros, y así en todo el mundo está llevando fruto y creciendo como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis plenamente° la gracia de Dios en verdad;
Amados, poniendo toda diligencia en escribiros acerca de nuestra común salvación, tuve necesidad de escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe una vez dada a los santos.